RHS. Revista. Humanismo. Soc. 13(1), e3/1-12, ene.- jun. 2025 / ISSNe 2339-4196

 

Artículo de investigación científica y tecnológica

 

 

Características sociodemográficas, clínicas y epidemiológicas de los adultos mayores con deterioro cognitivo

Sociodemographic, Clinical, and Epidemiological Characteristics of Older Adults with Cognitive Impairment

 

Naifi Hierrezuelo Rojas1

naifi.hierrezuelo@infomed.sld.cu

http://orcid.org/0000-0001-5782-4033

 

Alfredo Hernández Magdariaga1

persepone@gmail.com

https://orcid.org/0000-0001-8975-3188

 

Rolando Bonal Ruiz1

rolandobonal@infomed.sld.cu

https://orcid.org/0000-0001-6528-1083

 

https://doi.org/10.22209/rhs.v13n1a03

 

Recibido: junio 8 de 2024.

Aceptado: enero 13 de 2025.

 

Para citar: Hierrezuelo Rojas, N., Hernández, M., & Bonal Ruiz, R. (2025). Características sociodemográficas, clínicas y epidemiológicas de los adultos mayores con deterioro cognitivo. RHS-Revista Humanismo y Sociedad, 13(1), 1-12. https://doi.org/10.22209/rhs.v13n1a03

 

Resumen

Durante el envejecimiento, el deterioro de las capacidades funcionales aumenta la vulnerabilidad de los individuos. Este estudio descriptivo y transversal caracterizó a adultos mayores con deterioro cognitivo en el Grupo Básico de Trabajo N.º 2 del Policlínico Docente Ramón López Peña, en Santiago de Cuba, entre enero de 2022 y enero de 2023. La población incluyó 124 adultos mayores que cumplían los criterios establecidos. Se analizaron variables sociodemográficas y clínicas como edad, sexo, ocupación, nivel educativo e independencia para las actividades de la vida diaria, utilizando técnicas de estadística descriptiva. Los resultados mostraron que las alteraciones cognitivas fueron más frecuentes en el grupo de 60 a 69 años (49,9 %), en mujeres (55,6 %), casados (41,9 %), con escolaridad superior (41,9 %) y jubilados (50,8 %). Entre los factores de riesgo predominantes estuvieron el sedentarismo (64,5 %) y la malnutrición (55,6 %), mientras que la hipertensión arterial fue la comorbilidad más común (41,9 %). Se concluye que el deterioro cognitivo fue más frecuente en mujeres casadas y jubiladas. Aunque el deterioro cognitivo no afectó significativamente la independencia en actividades básicas, sí se observó menor desempeño en actividades instrumentales como el lavado, el uso del teléfono y la gestión de finanzas.

 

Palabras clave: deterioro, adulto mayor, actividades diarias, factores de riesgo, comorbilidades.

 

Abstract

Aging leads to deterioration of the functional capacities and increases individuals’ vulnerability. This descriptive, cross-sectional study characterized older adults with cognitive impairment from the Basic Work Group No. 2 in the Ramón López Peña University Hospital, in Santiago de Cuba, between January 2022 and January 2023. The study included a sample of 124 older adults who met the established inclusion criteria. Sociodemographic and clinical variables—such as age, sex, occupation, educational level, and independence to conduct daily life activities—were analyzed using descriptive statistics techniques. The results showed that cognitive impairments were most prevalent among individuals aged 60 to 69 (49.9%), women (55.6%), married individuals (41.9%), those with higher education (41.9%), and retirees (50.8%). The most common risk factors were a sedentary lifestyle (64.5%) and malnutrition (55.6%), while high blood pressure was the most observed comorbidity (41.9%). The findings showed that cognitive impairment was particularly more prevalent among married and retired women. Although the participants’ independence in basic activities in their daily lives remained significantly unaffected by their cognitive impairment, notable difficulties were observed in instrumental activities such as washing clothes, using the telephone and managing finances.

 

Keywords: impairment, older adults, daily activities, risk factors, comorbidities

Introducción

 

El deterioro cognitivo es catalogado como un síndrome geriátrico tanto por el envejecimiento a nivel neuroconductual como a nivel neuropsicológico, en que las funciones cognitivas van sufriendo un deterioro en la memoria, orientación, juicio, comprensión, cálculo, conducta, personalidad y reconocimiento visual del sujeto (GBD 2019 Dementia Forecasting Collaborators, 2022) (Duarte, 2018).

 

La Organización mundial de la salud (oms) calcula que en el mundo entre un 5 % y un 8 % de la población mayor de 60 años presenta diagnóstico de demencia. La prevalencia de la enfermedad en mayores de 65 años de Latinoamérica osciló entre el 0,2 % y el 39,4 %, con una prevalencia global del 11 % (IC 95 %: 9 -12) (oms, 2023) (Aranco et al., 2022).

 

Un estudio epidemiológico realizado por Hernández et al. mostró una prevalencia de síndrome demencial en Cuba del 12 %, aunque con el incremento de la expectativa de vida al nacer y el crecimiento acelerado del envejecimiento en el país, estas cifras deben ser superiores.

 

Toda exploración y diagnóstico de deterioro cognitivo debería tomar en cuenta el estilo de vida del adulto mayor, concretamente cuáles son las variables sociodemográficas que lo caracterizan, como la edad, el sexo, el nivel educativo, el estado civil, etc. Ya que estos factores contribuyen enormemente en el inicio o rapidez con el que puede darse el proceso de deterioro cognitivo por el que atravesará todo ser humano (Hautekiet et al., 2022).

 

Llama la atención el comportamiento epidemiológico de las demencias relacionadas con las tendencias demográficas actuales, donde se viene observando que el número de mayores con esta entidad va en incremento respecto a la población general, Cuba no queda exenta de este fenómeno, y se considera uno de los países más envejecidos de la región.

 

Hoy en día, si no se estudia la evolución psicológica del adulto mayor, no se preveen sus características, que de forma natural se tiende al deterioro de las funciones psíquicas con el avance de la edad, se corre un alto riesgo de tener adultos mayores con problemas en la salud mental, lo que significa un problema para la familia y la sociedad.

 

Desde esa perspectiva, surge el interés de estos investigadores en realizar un estudio para conocer los diferentes niveles de deterioro cognitivo presentados en el adulto mayor y cómo afectan en su calidad de vida; básicamente por ser a esa edad donde las complicaciones son más evidentes. Para ello, resulta indispensable identificar el nivel de deterioro cognitivo predominante y las características sociodemográficas y clínicas de estos pacientes.

 

Materiales y métodos

 

Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal en el Grupo Básico de trabajo (gbt) N° 2, perteneciente al área de salud del Policlínico Docente Ramón López Peña del municipio y provincia de Santiago de Cuba, desde enero de 2022 a enero del 2023.

 

El universo estuvo constituido por los 2208 ancianos de ambos sexos con 60 o más años, quienes residían en dicha área durante el periodo mencionado, a los que se les aplicó el test Cognitiva Minimental (MMSE–Minimental State Examination) de Folstein abreviado.

 

La población de estudio fue conformada por los 124 adultos mayores que cumplieron los siguientes criterios:

 

Criterios de inclusión:

Criterios de exclusión:

Para el diagnóstico del deterioro cognitivo se aplicó (previo consentimiento informado) el Test de Evaluación Cognitiva Minimental (MMSE–Minimental State Examination) de Folstein abreviado (Creavin et al., 2016), para evaluar la capacidad cognitiva de cada adulto mayor.

 

Se aplicó un instrumento a cada uno de los pacientes con sospecha de deterioro cognitivo, que permitió caracterizarlos según variables sociodemográficas, clínicas y epidemiológicas seleccionadas: edad, sexo, estado civil conyugal, nivel de escolaridad, ocupación; factores de riesgo (tabaquismo, alcoholismo, antecedentes de trauma craneoencefálico, antecedentes familiares de demencia, trastorno depresivo, sedentarismo, malnutrición por exceso o por defecto); presencia de comorbilidades (hipertensión arterial, diabetes mellitus, insuficiencia cardiaca, enfermedades osteomioarticulares, neoplasias, enfermedad renal crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y grado de independencia para las actividades de la vida diaria: según resultados del índice de Katz y de la escala de Lawton y Brody, y se precisó la actividad que se encontraba limitada.

 

Se utilizaron técnicas de estadística descriptiva para el resumen de la información recolectada: frecuencia absoluta y el porcentaje, así como medidas de tendencia central (media aritmética) y de dispersión (desviación estándar).

 

El estudio fue aprobado por el Comité de Ética del área de salud. La confidencialidad de los datos se mantuvo mediante la codificación de las variables, y estos se manejaron únicamente por los investigadores.

 

Resultados

 

La Tabla 1 evidencia que el mayor porcentaje de los pacientes se encontró en las edades entre 60 a 69 años con 50 casos para un 49,9 %, para una edad media de 67 años. El sexo femenino fue el que mostró la mayor frecuencia con 69 casos que representan un 55,6 %.

 

 

Tabla 1. Grupos de edades y sexo de adultos mayores con deterioro cognitivo. Policlínico Ramón López Peña (2022-2023).

 

Grupos de edades

Sexo

Total

Masculino

Femenino

N.°

%

N.°

%

N.°

%

60-69 años

28

22,5

34

27,4

50

49,9

70-79 años

19

15,3

20

16,1

39

31,4

80-89 años

6

4,8

9

7,2

15

12,0

90-99 años

2

1,6

6

4,8

8

6,4

Total

55

44,3

69

55,6

124

100

 

Nota. % calculado del total de cada fila X=67 años SD=4.13 (Lím: 63.60). Tomado de historia clínica individual.

 

Como se aprecia en la Tabla 2, el 41,9 % logró alcanzar un nivel educacional superior.

 

Tabla 2. Características sociodemográficas, presentes en los adultos mayores con deterioro cognitivo.

 

Características sociodemográficas

N.°

%

Nivel de escolaridad

Primaria

19

15,3

Secundaria

12

9,7

Media

41

33,0

Superior

52

41,9

Ocupación

Trabajador

24

19,3

Jubilado

63

50,8

Ama de Casa

37

29,8

Estado civil conyugal

Soltero

35

28,2

Casado

52

41,9

Divorciado

21

16,9

Viudo

16

12,9

 

Nota: Tomado de historia clínica individual.

 

El sedentarismo estuvo presente en el 64,5 % de la casuística (Tabla 3), lo que lo constituyó el principal factor de riesgo, así como el hábito de fumar y el alcoholismo, en el 41,1 % de los casos para ambos factores. Por su parte, el tabaquismo fue más frecuente en los hombres.

 

Tabla 3. Factores de riesgo y sexo en adultos mayores con deterioro cognitivo.

 

Factores de riesgo

Sexo

Total

Masculino

Femenino

N.°

%

N.°

%

N.°

%

Tabaquismo

29

23,3

22

17,7

51

41,1

Alcoholismo

34

27,4

17

13,7

51

41,1

Trauma craneoencefálico

3

2,4

0

0

3

2,4

Antecedentes familiares de demencia

9

7,2

14

11,2

23

18,5

Trastorno depresivo

11

8,8

26

20,9

37

29,8

Sedentarismo

33

26,6

47

37,9

80

64,5

Malnutrición

42

33,8

27

21,7

69

55,6

 

Nota. Tomado de historia clínica individual.

 

Entre las comorbilidades más frecuentes halladas en los pacientes con deterioro cognitivo leve figuraron: la hipertensión arterial con el 41,9 % y la diabetes mellitus con el 27,4 % de la casuística (Tabla 4).

 

Tabla 4. Adultos mayores con deterioro cognitivo según presencia de comorbilidades.

 

Comorbilidades

N.°

%

Hipertensión arterial

52

41,9

Diabetes mellitus

34

27,4

Insuficiencia Cardiaca

30

24,1

Enfermedades osteomioarticulares

24

19,3

Neoplasias

13

10,4

Enfermedad renal crónica

11

8,9

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica

9

7,2

 

Nota. Tomado de historia clínica individual

 

Como se observa en la Tabla No.5, salvo en el manejo de las finanzas, y en la actividad de la vida diaria instrumentada, donde los adultos mayores dependientes llegan a alcanzar el 25,0 %, todas las demás actividades de la vida diaria, básicas o instrumentadas llegan a estar por encima del 85,0 % en grados de independencia para su ejecución.

 

Tabla 5. Actividades de la vida diaria y grados de independencia para su realización por los adultos mayores con deterioro cognitivo.

 

Actividades de la vida diaria

Grado de dependencia

Dependientes

Independientes

N.°

%

N.°

%

Básicas

Bañarse

9

7,2

115

92,7

Vestirse

12

9,6

112

90,3

Uso retrete

4

3,2

120

96,7

Continencia

9

7,2

115

92,7

Movilidad

14

11,2

110

88,7

Alimentación

9

7,2

115

92,7

Instrumentadas

Uso teléfono

21

16,9

103

83,0

Compras

13

10,4

111

89,5

Cocinar

9

7,2

115

92,7

Tareas domésticas.

11

8,8

113

91,1

Lavar

26

20,9

108

87,0

Uso transporte

9

7,2

115

92,7

Medicación

17

13,7

107

86,2

Manejo finanzas

31

25

93

75

 

Nota. Tomado de Índice de Katz y escala de Lawton y Brody.

 

Discusión

 

Con el envejecimiento ocurren normalmente diversos cambios que pueden afectar muchas funciones cerebrales, provocando en algunos casos alteraciones cognitivas; así, por ejemplo, la pérdida de volumen cerebral y el adelgazamiento de la corteza frontal pueden provocar trastornos de la atención y de las funciones ejecutivas (Hautekiet et al., 2022).

 

Con relación a la edad y sexo, estos resultados son similares a los reportados por Muñico (2021), en cuyo estudio se halló predominio del deterioro en edades comprendidas entre 71-80 años (40,7 %); y el género femenino, con el 57,0 % de los casos. En concordancia con lo mencionado anteriormente, en los resultados del estudio de Mescua y Salazar (2021) predominó el género femenino (55,4 %), promedio edad: 73 años. Por su parte Echevarría y Solano (2019), en su investigación, hallaron un rango etario 60-65 años (29,1 %) y género masculino (51,6 %).

 

En opinión de estos autores, la ocupación es de gran importancia, pues varios estudios experimentales han demostrado que la falta de actividad en la vejez puede influir negativamente sobre la salud y el bienestar personal hasta el punto de afectar, incluso, la realización de las actividades básicas de la vida diaria.

 

Con respecto al estado conyugal, los autores consideran también este dato muy importante, pues la parte afectiva tiene gran influencia en la salud del adulto mayor y la viudez es uno de los factores que con mayor frecuencia afecta la salud general y la esfera mental de los adultos mayores, al provocarles un sentimiento de soledad y depresión. En concordancia con lo mencionado anteriormente, en el estudio de Mescua et al. (2019), predominó el estado civil casado (50,9 %).

 

Otros reportes informados por Bouza et al. (2021) indican que ser adulto mayor de 75 años, estar desempleado, tener estudios primarios de educación y haber presentado un episodio depresivo en el último año son factores asociados con el deterioro cognoscitivo y funcional sospechoso de demencia.

 

Fontes y Santos (2020) añaden que el bajo nivel de escolaridad se asocia con otras condiciones sociales adversas, tales como los niveles socioeconómicos, nutricional y de salud, el coeficiente de inteligencia, la ocupación y los estilos de vida desfavorables.

 

La vida afectiva del adulto mayor se caracteriza por el aumento de las pérdidas, inherente al ciclo vital de la familia, lo que genera sentimientos de soledad y depresión. Como parte de las mismas se refieren a la pérdida de la autonomía, la jubilación, muerte del cónyuge y de los seres queridos (Palma-Ayllón & Escarabajal-Arrieta, 2021).

 

Resultados diferentes al estudio de Contreras et al. (2019), donde se encontraron las siguientes frecuencias: nivel de instrucción primaria 49,7 %, estado civil casado 60,5 % y ocupación anterior poco calificable 82,7 %. Echevarria et al. (15) en su investigación, halló que el grado de instrucción primaria incompleta fue (29 %).

 

Estas divergencias, con los actuales resultados, puede obedecer a la voluntad política del gobierno cubano en alcanzar un alto nivel educacional de la población cubana, que permita incrementar gradualmente la percepción de riesgo y la necesidad ciudadana de fomentar su salud y la prevención de enfermedades, lo que conjuntamente, con el desempeño de los profesionales de la salud, han hecho posible la mejora continua del estado de salud de la población.

 

Tales resultados son similares a otros estudios (Mescua & Salazar López, 2021; Palma-Ayllón & Escarabajal-Arrieta, 2021) revelados en la literatura médica cuando se informa que entre los riesgos de desarrollar deterioro cognitivo y las causas asociadas a los estilos de vida se encuentran la inactividad física y el sedentarismo dado al envejecimiento poblacional en Cuba, lo que precisa convertirse en uno de los objetivos estratégicos para reducir y mejorar el estado de salud de esa población en riesgo.

 

Se observa también que la malnutrición estuvo presente en casi la mitad de la muestra. Los trastornos nutricionales identificados se relacionan, en su mayoría, con hábitos alimentarios inadecuados frecuentes en la población cubana, en general, y particularmente la estudiada, caracterizada por un consumo excesivo de carbohidratos, azúcares refinados y grasas poliinsaturadas, así como la poca práctica de ejercicios físicos.

 

Las principales hipótesis señalan que el ejercicio físico habitual podría favorecer un aporte sostenido en el flujo sanguíneo al cerebro, a la vez que mejoraría la capacidad aeróbica, el aporte de nutrientes y la liberación de factores. La funcionabilidad de las personas de la tercera edad es de vital importancia en el desarrollo de su calidad de vida. Es la capacidad fisiológica y física para ejecutar actividades de la vida diaria de forma segura y autónoma, sin provocar cansancio (Echavarría & Solano, 2019).

 

Los autores de este trabajo son del criterio que, a pesar de los esfuerzos realizado por el gobierno cubano en garantizar el acceso a opciones de alimentos saludables, muchas personas enfrentan múltiples barreras para la disponibilidad de estos, como la escasa producción nacional de tales productos, el bajo ingreso que perciben, escasez de productos como los mariscos y elevado precio de los mismos, que unido a la falta de cultura alimentaria en el consumo de frutas y vegetales con la frecuencia requerida, podría explicar el desenlace de estos pacientes; por lo que se hace necesario desde la atención primaria de salud, intensificar las acciones de promoción de educación nutricional.

 

Gracner et al. (2021) concluyeron en Estados Unidos que la presencia de deterioro cognitivo tenía comorbilidades como: diabetes mellitus, insuficiencia cardiaca, enfermedad obstructiva pulmonar y neumonía. En otro estudio realizado por Muñico (2021), se notificaron las siguientes comorbilidades en pacientes con deterioro cognitivo leve: diabetes mellitus (16 %), hipertensión arterial (10 %), insuficiencia cardiaca congestiva (icc) (8 %), enfermedades osteoarticulares (6 %) y neoplasias (5 %).

 

Conjuntamente con el deterioro cognitivo existe un desbalance físico que se manifiesta a nivel orgánico funcional, lo que ocasiona una serie de patologías a nivel médico, considerando comúnmente a las enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión como las más relevantes (oms, 2021). Muchas personas mayores, además, sufren lo que se conoce como “las pérdidas asociadas a su envejecimiento” y la capacidad funcional traducida en limitaciones en la vida del adulto, que pueden llegar a impactar actividades relacionadas con su higiene personal, movilidad física, etc. (Durán et al., 2021).

 

Al revisar la literatura, se encontró que Morejón et al. (2021) coincide con el presente hallazgo cuando observó que el 89,7 % de sus ancianos era independiente para las actividades básicas de la vida diaria y el 82,0 %, para las instrumentadas.

 

En la investigación de Gupta (2021) se describe que, en la clínica de los pacientes con deterioro cognitivo, se evidenció la presencia de limitaciones funcionales tanto en actividades básicas de la vida diaria como en la instrumental, en la mayoría de casos mayor del 25,0 %.

 

Los autores de este trabajo consideran indispensable especificar que el hallazgo de las alteraciones funcionales descritas en este estudio no significa que exista en la población de estudio relación con algún grado de deterioro que tenga el paciente, sino que, por su propia edad y las comorbilidades que presentan, en muchos casos, la familia asume estas actividades; además, debido a elementos socioculturales, en Cuba, los hombres adultos mayores, generalmente, no realizan muchas tareas domésticas.

 

El médico de familia juega un papel de especial importancia porque constituye el primer eslabón en la cadena de procedimientos dirigidos a confirmar la existencia del deterioro cognitivo, evaluar su gravedad y referir al paciente para que reciba un manejo especializado. Lo anterior revela la necesidad de que se encuentre bien informado respecto a las características clínicas y herramientas diagnósticas útiles en el abordaje del paciente con disminución de la función cognitiva.

 

Conclusiones

 

La aparición del deterioro cognitivo en esta población fue más frecuente en féminas, en su mayoría casadas y jubiladas, el cual, si bien no llega a afectar el grado de independencia para realizar las actividades de la vida diaria, sí se han incorporado en menor grado de afectación las instrumentadas como el lavado, el uso de teléfono y el manejo de las finanzas.

 

Conflicto de intereses: los autores declaran la no existencia de conflictos de intereses relacionados con el estudio.

 

Referencias


  1. 1 Policlínico Ramón López Peña, Santiago de Cuba, Cuba.