RHS. Revista. Humanismo. Soc. 6(1), 2018 / Reseña

La iglesia de los pobres y la salvación de América Latina

The church of the poor and the salvation of Latin America

Reseña del libro: Calvo Isaza, Óscar y Parra Salazar, Mayra. Medellín (rojo) 1968. Protesta social, secularización y vida urbana en las jornadas de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Bogotá: Planeta, 2012. pp. 172

Jhon Edisson Amórtegui Granada1

investigaciones.pereira@funec.org

https://doi.org/10.22209/rhs.v6n1a06

Recibido: septiembre 29 de 2017.
Aceptado: noviembre 2 de 2017.

«Desde los tiempos de la ilustración, ha ido aumentando el desencuentro entre la iglesia y el mundo de la cultura, es hora de terminar esta era de tensiones y distanciamientos, y de preparar a la iglesia para que salga al encuentro de nuestro mundo contemporáneo con la paciencia, el servicio y la misericordia del buen pastor».

Julius Döpfner

Cardenal, Arzobispo de Múnich y Freising

Concilio Vaticano Segundo, 1965



 

El 11 de octubre de 1962, bajo los arcos de San Pedro en Roma, 2450 obispos de todo el mundo se reúnen para iniciar la ceremonia ecuménica de la iglesia católica. El Concilio Vaticano II, convocado por el papa Juan xxiii hasta el día de su muerte y precedido por Pablo vi, tendría como objetivo hacer una revisión general del catolicismo, para que la doctrina eclesiástica pudiera conocer, penetrar, comprender, servir y evangelizar al mundo contemporáneo (Blanco, 2013). Lo que ameritó no solo la resignificación de la naturaleza de la iglesia (Lumen Gentium) y del papel de los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y misioneros de cara las necesidades particulares de sus contextos (Gaudium et Spes), sino también el final de la monarquía de la iglesia y un resquebrajamiento de la tradicional y rígida imagen del vaticano que se hacía evidente con la demostración de fuerzas entre obispos de todo el mundo y la curia romana.

Las decisiones maduradas durante los cuatro otoños conciliares que durarían hasta el 8 de diciembre de 1965 darían un lugar especial a Latinoamérica como territorio fértil para el modernizado proceso evangelizador, que catapultaría la primera visita del papa Pablo vi a Colombia en ocasión del xxxix Congreso Eucarístico Internacional que tuvo lugar en la ciudad de Bogotá el mes de Agosto de 1968, y donde se inauguró la ii Conferencia General del Episcopado Latinoamericano2, cuyo documento concluyente se conoce con el nombre de «Medellín 1968» (Torres, 1996), y que significa sin lugar a duda un «momento de cambio en la historia eclesiástica y un símbolo de la descolonización del pensamiento teológico latinoamericano» (Düssel, 1992, p. 20), debido a la evidente inclinación hacia la defensa de los pobres, la radicalización de ciertos sectores del clero, la consolidación de las teologías de la liberación y la fuerte influencia de la izquierda revolucionaria en la década de los años 60.

Este evento fungiría como una ventana metodológica para que Mayra Parra Salazar3 y Óscar Calvo Isaza4 inscribieran en su libro Medellín (Rojo) 1968 una correlación o enlace de la historia local, nacional y mundial, al recrear la historia de las protestas, los conflictos, las movilizaciones sociales, la secularización, los desafíos simbólicos y las escenificaciones de la vida urbana en Medellín durante el evento transnacional del Episcopado Latinoamericano. El libro, que fue publicado en el año 2012 por la Editorial Planeta, se define dentro una temporalidad corta, entre enero de 1968 y noviembre de 1969, y nos muestra a través de 8 capítulos, una vida urbana de Medellín totalmente signada por la pobreza, la desigualdad y la miseria, justo en un contexto de grandes revoluciones culturales, políticas y sociales que emergían como respuesta ante el «dominio global de los estados unidos, y el reformismo y conformismo del comunismo internacional» (Calvo y Parra, 2012, p. 21).

En el primer capítulo, «América Latina: territorio de misión», se analiza la noción de residencia territorial como parte de un modelo misionero integral para América Latina. En el apartado se muestra cómo a raíz de la competencia entre la iglesia y el comunismo por la conquista de nuevas capas poblacionales, bien para el proyecto evangelizador o bien para el proyecto revolucionario, se hizo necesaria una actualización de los métodos y de las instituciones con que la iglesia ejercía contacto con la comunidad. Surge el principio de residencial territorial, por medio del cual tanto jesuitas como comunistas entendieron que la mejor forma de ganar masas, era viviendo entre ellas. Esto explica cómo desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial, el papel político de la labor clerical fue transitando del compromiso con los trabajadores y sus causas sindicales, para salvaguardarles de la amenaza de nacionalsocialismo o del comunismo, a una labor asistencial, en cuya base se encontraba la preocupación por la pobreza de los pobladores urbanos, especialmente de aquellos ubicados en las callampas, los asentamientos informales, las colonias populares, las villas, los tugurios o los barrios piratas y de emergencia, proliferantes en el territorio latinoamericano. Estas experiencias generaron, según los autores, una descentralización de la actividad misional y por tanto una mayor autonomía para el surgimiento de movimientos sacerdotales radicales: «Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo de Argentina (1968-1973), Cristianos por el Socialismo en Chile (1968-1973), Sacerdotes para el Pueblo de México (1972-1975) y Golconda en Colombia (1968-1969)» (Calvo y Parra, 2012, p. 34).

En el segundo capítulo, «Misión urbana y hábitat popular», se aborda el contexto de la Arquidiócesis de Medellín que con la realización de la Gran Misión de 1961, se aprestaba a asumir reformas institucionales y administrativas avocadas a la acción social en los barrios populares. Además, se reflexiona sobre la construcción del hábitat popular en el nororiente de Medellín, debido a la rápida urbanización causada por los éxodos rurales entre 1940 y 1960, y en cuyo sector se establecerían los barrios Popular y Santo Domingo de Savio. Finalmente, se destacan las iniciativas de algunos sacerdotes y párrocos para trabajar por los pobres urbanos, entre ellos encontramos a: Vicente Mejía, Gabriel Díaz, Jorge Giraldo, Oscar Vélez, Tulio Vélez Maya, Federico Carrasquilla y Wilfer Ángel Tamayo.

En el tercer capítulo, «Los nuevos tiempos», los autores proponen una problematización rigurosa sobre los tres fenómenos de principal influencia en el proceso de secularización social, en donde las pautas doctrinales de la iglesia no serían asumidas por grandes capas poblacionales: 1) La emergencia de la juventud como un sector social diferenciado, que participa activamente en los ámbitos políticos y económicos, a la vez que cuestiona a las antiguas instituciones del orden y la justicia, ampliamente veneradas por la tradición eclesiástica. 2) La autonomía creativa y la carga simbólica de las expresiones artísticas por medio de las cuales se exploraron nuevas formas de leer el orden establecido y expresar la realidad. 3) La independencia de los sindicatos con respecto de la autoridad eclesiástica.

En el cuarto capítulo, «La Mejor Imagen del Mundo», se abordan los conflictos por la escenificación mediática de Colombia y Medellín ante el mundo, durante la visita del papa Pablo vi y la realización de la ii Conferencia del Episcopado Latinoamericano. En este sentido, se observa una tensión entre la idea oficial y las ideas emergentes de nación. Es decir, entre el discurso del presidente Carlos Lleras Restrepo ante el mundo y las intenciones de diversos actores sociales de preparar asambleas, marchas, misas, conferencias y manifestaciones populares que dieran cuenta de la situación real de Colombia y Medellín. Estas tensiones, pueden dar cuenta de la lectura urbana utilizada por el Padre Calle Restrepo (1964), entre una ciudad teórica: una Medellín amplificada por los medios masivos de comunicación como una ciudad cosmopolita, educada, pacífica, incluyente, moderna y optimista del avance económico y de las políticas contra la pobreza, y una Medellín como la ciudad real: sumida en la miseria, la exclusión, la acelerada urbanización, la prostitución, la marginación, el hambre, la desigualdad, el aumento de la protesta social y la disputa entre grupos armados legales e ilegales por el control de grandes sectores de la urbe.

En el quinto capítulo, «Compromiso con el Mundo», se tiene como objetivo principal reconstruir el punto de vista ceremonial, organizativo y comunicativo de la ii Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín. En este apartado, se hace notable la influencia de la Teoría de la Marginalidad, propuesta por el sacerdote Roger Vekemans, en los planteamientos del documento base de la conferencia, donde es evidente la intención de la iglesia católica de resaltar la dramática situación social de América Latina para justificar su accionar misional con los sectores poblacionales más pobres.

En los dos capítulos siguientes: «Miseria que clama al cielo» y «Cristo en las calles», se da una importancia especial a la acción social de diversos actores en el marco de la conferencia del episcopado. Así, mientras la junta técnica militar se encargaba de detectar posibles focos subversivos, el alcalde y el secretario de gobierno de Medellín ponían en marcha su plan de erradicación de tugurios en articulación con la fundación Casitas de Providencia. Por su parte, el partido comunista hacía presencia entre la comunidad con la Central Nacional Provivienda y los sacerdotes católicos se caracterizaban como protagonistas en la resistencia contra las erradicaciones en las zonas de asentamiento ilegal donde los «tugurianos» se negaban a la firma de documentos y al desalojo de la tierra, a la vez que plantaban con más fuerza las banderas tricolores como símbolo de soberanía popular sobre el territorio y se aprestaban a la participación, junto con religiosos radicales, campesinos, estudiantes, sindicalistas, grupos disidentes y otros pobladores, en misas, ayunos, ostentaciones de la miseria, mítines, actos culturales y marchas para expresar sus inconformidades ante los Jerarcas Episcopales, quienes en acción contradictoria elevaban la bandera por la lucha contra la pobreza mundial, a la vez que ignoraban el mensaje de los grupos populares en Medellín.

En el octavo capítulo, «Golconda», se examina la forma en que la apropiación más radical del documento «Medellín 1968» encontró lugar en el movimiento sacerdotal Golconda, entre cuyos líderes más visibles se encontraban: el padre René García, Manuel Álzate, Vicente Mejía, Carmelo García, Domingo Laín, la monja norteamericana Carol O’Flynn y el ateo y matemático Germán Zavala (Calvo y Parra, 2012, p. 138), quienes después de su primera reunión en la finca de Viotá, Cundinamarca, adoptaron puntos de vista críticos frente a la violencia de Estado, el subdesarrollo, el dominio global norteamericano, la explotación de los trabajadores, las fuerzas militares y las reformas agrarias, mientras veían en la violencia revolucionaria y la insurgencia armada dos pruebas supremas de consagración por la causa popular.

Comentarios finales

A manera de conclusión, se puede afirmar que el libro de Óscar Calvo y Mayra Parra Salazar debe ser entendido como el resultado de una investigación histórica en el campo de los estudios sociales y culturales, cuya postura metodológica permite observar, no solo como los procesos transnacionales son resistidos, recibidos o resignificados por los pobladores urbanos, sino también la forma en que las vicisitudes, las tensiones y los conflictos locales reclaman una adscripción dentro de los procesos globales.

En consecuencia, dicho estudio tiene una gran influencia sobre la historiografía urbana, ya que se ubica en el corazón de la rápida urbanización propia de los años 60 en diferentes ciudades de América Latina y permite una interpretación de la ciudad como la constatación, el lenguaje y la escenificación del poder, configurando nuevas narrativas urbanas, en donde emerge una Medellín de finales de la década del sesenta, desde su carácter conflictivo, complejo y plural; es decir, como un escenario de contacto trasnacional que se define entre: los grandes cambios políticos, sociales y culturales de 1968, la secularización de la iglesia católica universal después de las reflexiones conciliares y la pregunta constante por el lugar social de los pobladores urbanos de Medellín ante estos acontecimientos, haciéndose evidente el aumento de las protestas sociales y las movilizaciones populares.

Por otra parte, el Libro: Medellín (Rojo) permite una visión crítica de la caracterización con que los estudios comunicativos han relacionado las sociedades populares de mediados de siglo xx, como receptoras pasivas de contenidos mediáticos; en contraposición con unos grupos sociales inconformes, críticos y organizados que buscaban la conquista del espacio público de Medellín como mecanismo de representación y participación política.

Finalmente, y por tratarse de un trabajo historiográfico, es preciso mencionar el gran soporte de fuentes orales, fuentes manuscritas, periódicos, revistas, fuentes visuales y referencias bibliográficas sobre el cual descansan la validez y rigurosidad del proceso investigativo, y entre las cuales se pueden destacar los informes de inteligencia del Estado colombiano y las 54 piezas visuales, que entre planos, fotografías y pinturas, demuestran la evidente preocupación de los autores por traer al escritorio del historiador nuevas fuentes documentales, métodos y teorías, avanzando hacia una concepción crítica e interdisciplinar de la historia que permita interpretar desde diversos matices el complejo acontecer de los grupos humanos en el tiempo.

Referencias

Blanco Sarto, P. (2013). ¿Ruptura o reforma? La hermenéutica del Concilio Vaticano II en los escritos de Joseph Ratzinger. Revista Teología y Vida, 54 (2), 255-287

Calle Restrepo, A. (1964). Conflictos Familiares y Problemas Humanos. La Familia en Zonas de Rápida Urbanización. Estudio Sociológico en Tres Barrios Populares de Pereira. Madrid: Escuelas Profesionales «Sagrado Corazón».

Calvo Isaza, Ó. y Parra Salazar, M. (2012). Medellín (rojo) 1968. Protesta social, secularización y vida urbana en las jornadas de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Introducción. Bogotá: Planeta.

Düssel, Enrique (1992). Historia General de la Iglesia en América Latina. Citado por: Calvo Isaza, Óscar y Parra Salazar, Mayra (2012). Medellín (rojo) 1968. Protesta social, secularización y vida urbana en las jornadas de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Introducción. Bogotá: Planeta. p. 20