Acuerdo Nuclear Irán-Estados Unidos, una amenaza para Israel

 

The Iran-United States nuclear deal: a threat to Israel

 

Eduardo O. Santos-Sierra*


Filiación

☨ Artículo para optar por el título de especialista en Alta Gerencia de Seguridad y Defensa, Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá – Colombia.

* Profesional en Relaciones Internacionales y Estudios Políticos. Especialista en Alta Gerencia de la Seguridad y Defensa Nacional, Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá – Colombia. Contacto

 

Recibido: agosto 23 de 2016. Aceptado: noviembre 30 de 2016.
Para citar este artículo: Santos-Sierra, Eduardo O. (2016). Acuerdo Nuclear Irán-Estados Unidos, una amenaza para Israel. Rev Humanismo y Sociedad, 4(2) https://doi.org/10.22209/rhs.v4n2a04

Resumen

El reciente acuerdo nuclear firmado por Estados Unidos e Irán ha sido el centro de la controversia internacional, debido a que suscita inquietudes por la laxitud del mismo. Según fuentes especializadas, el acuerdo no elimina la posibilidad de Irán de producir uranio enriquecido, elemento principal para la creación de una bomba atómica, que se cierne como una amenaza latente para el Estado de Israel, quien, además, debe afrontar amenazas de índole religiosa, social y política. A partir de la Teoría Realista de las Relaciones Internacionales, se busca probar cómo en el escenario geopolítico internacional priman los intereses de cada Estado y cómo en este caso el desarrollo y perfeccionamiento de la tecnología nuclear se convierte en una amenaza latente, no solo para el Estado de Israel sino para toda la civilización. Será posible encontrar una relación directa entre los intereses particulares de un Estado a nivel político y cómo factores tan importantes como la religión y la geografía inciden de manera crucial en dichas dinámicas.

Palabras clave: geopolítica, uranio enriquecido, centrifugadora nuclear, isis, religión, amenaza nuclear.



Abstract

The nuclear deal recently signed by the United States and Iran has sparked international controversy, raising concerns related to its laxity. According to recognised sources, the agreement does not prevent Iran from producing enriched uranium, the main material used to create an atomic bomb, which looms as a latent threat to Israel, a state that must also face religious, social and political threats. Relying on the realist theory of international relations, the paper seeks to show that the interests of each state prevail in the international geopolitical scenario. Also, it attempts to show how, in this particular case, the development and improvement of nuclear technology becomes a latent threat, not only for the state of Israel but for the whole civilization. It is argued that a direct relationship can be found between the particular political interests of a state and the crucial influence that factors as important as religion and geography have on these dynamics.

Keywords: geopolitics, enriched uranium, nuclear centrifuge, isis, religion, nuclear threat.



Introducción

El 14 de julio de 2015 se firmó el acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán, en el cual este último se compromete a «utilizar con fines pacíficos la producción de energía nuclear» (State, 2015). Sin embargo, dicho acuerdo ha despertado gran cantidad de temores y suspicacias en la comunidad internacional y, más aún, en el corazón de la sociedad israelí misma. No es un secreto que la incomodidad de dicho acuerdo se ve atizada por las rivalidades mismas que siempre han surgido entre Irán e Israel, las cuales van desde diferencias de orden religioso hasta diferencias en el campo político, lo cual genera un gran nivel de desconfianza en ambos países; esto se ve acentuado por la ubicación misma de los dos países, los cuales se encuentran en la región del Medio Oriente, una de las regiones más convulsionadas del planeta.

Todo tipo de conflictos están a la orden del día en la zona de Medio Oriente. Se pueden encontrar fuertes conflictos de índole religioso y territorial, como las pugnas entre israelíes y palestinos, los cuales mantienen un enfrentamiento de varias décadas por la antigua tierra de la Palestina, que según Gudrun Kramer «tuvo límites impuestos por el ser humano y, por tanto, fronteras políticas que no solía fijar la población local sino vecinos más fuertes, y que fueron variables y, a menudo, imprecisas» (Kramer, 2006, p 1). Por otro lado, encontramos problemas de origen étnico que influyen de manera indirecta en el Medio Oriente. Aquí se puede relacionar como ejemplo el problema de la nación kurda y la disputa que estos sostienen con Turquía por el control territorial.

A nivel internacional el Medio Oriente es una zona de importancia estratégica, ya que este es un corredor geopolítico que une tres continentes en los cuales se agrupan los centros de las tres religiones monoteístas más importantes del mundo con un predominio importante del islam, el cual debe ser tenido en cuenta por su acelerado crecimiento; Juan José Tamayo afirma que «El futuro de la humanidad no puede construirse contra el islam, ni al margen del islam, sino en colaboración con él» (Tamayo, 2009, p. 15) y define la dinámica de la región sin mencionar el recurso petrolero de la zona, el cual es motivo de disputas importantes a nivel internacional.

El Medio Oriente se encuentra en una profunda crisis, sazonada con las tres variables más importantes y desequilibrantes en cualquier sociedad; la variable política, la cual se encuentra representada en procesos fallidos de paz y adjudicación de tierras, que han llevado a acentuar más las diferencias y disputas en lugar de mejorarlas, como afirma Samuel Huntington en su libro Choque de Civilizaciones:

En el mundo árabe, los Estados existentes tienen problemas de legitimidad porque en su mayoría son el resultado arbitrario, si no caprichoso, del imperialismo europeo, y sus fronteras a menudo ni siquiera coinciden con las de grupos étnicos como los bereberes y los kurdos (Huntington, 2005, p. 235).

Es indudable que el Medio Oriente enfrenta una crisis importante en cuanto a la legitimidad de los Estados, ya que la aparición de estos es el resultado del desmembramiento de antiguas provincias del imperio turco otomano, con consecuencias que aún son apreciables a través de fenómenos tan evidentes como la primavera árabe. Otro de los elementos desestabilizadores del Medio Oriente es el tema de la religión, la cual es usada como punta de lanza de todos los objetivos sociales y políticos de los habitantes de la región tanto por parte de la comunidad musulmana como de la comunidad judía; sin embargo, en el caso particular del islam «el resurgimiento islámico ha dado a los musulmanes una confianza renovada en el carácter y validez distintivos de su civilización y sus valores en comparación con los de occidente» (Huntington, 2005, p. 283).

Finalmente, como tercer punto, los nacionalismos tienden a unirse a las variables anteriormente citadas y generan una desestabilización de gran envergadura, la cual desemboca en un alto grado de incertidumbre geopolítica que se representa en la gestión y disposición de políticas equivocadas tanto de parte de Israel con la creación y promoción de asentamientos en zonas en conflicto como por parte de los Estados musulmanes con la promoción y financiación de grupos como Hezbollah, Hamas y el mismo yihadismo combativo. El tratado nuclear firmado simplemente profundiza aún más las diferencias y temores de las sociedades israelí e iraní; y este si bien ha sido anunciado y divulgado, no es claro ni preciso en el poder coactivo del mismo y en la limitación tecnológica de dicho poder nuclear.

En virtud de lo anteriormente expuesto, es menester preguntarnos ¿A pesar de la capacidad defensiva y ofensiva de Israel, puede estar seguro con un Irán nuclear?


I. Determinación de variables de virtud de la Teoría de las Relaciones Internacionales

El análisis de la actual situación de Israel en el escenario internacional nos lleva a determinar las variables a las cuales se expone en términos de relaciones internacionales, y así es posible dilucidar de manera más adecuada los riesgos u oportunidades a los cuales Israel está expuesto. La Teoría de las Relaciones Internacionales brinda una aproximación más clara a los nuevos retos que plantea la sociedad internacional a través de la interpretación del concepto de seguridad, el cual hace parte fundamental de la cooperación y la interdependencia; precisamente, Celestino Del Arenal afirma que «El mundo, como consecuencia del acelerado desarrollo social, económico, científico-técnico y comunicacional, está caracterizado por el creciente fenómeno de la interdependencia y de la cooperación y se ha transformado realmente en una sociedad mundial» (Del Arenal, 1990, p. 165). No obstante, a pesar de que la Teoría de las Relaciones Internacionales posee fuentes importantes de conceptos de cooperación internacional y respeto por el orden internacional, parece que la versión que toma más fuerza en Medio Oriente es una visión más realista de la dinámica geopolítica en la región, en la cual el componente militar juega un papel fundamental, al permitir que el país que ejerza dicho liderazgo se erija como un abanderado de la geopolítica de la región; por lo tanto, encontramos procesos armamentísticos como el de Israel a partir de 1948, fecha en la que se constituye como Estado, recibe un fuerte apoyo militar por parte de Estados Unidos y se convierte en uno de los países más fuertes militarmente de la región.

La adquisición de armas se vuelve prioridad, lo cual genera procesos de carreras armamentísticas que configuran la guerra como un objetivo deseable y realista de la sociedad internacional; de esta forma, se puede apreciar que el análisis de la actual situación de Israel en el Medio Oriente es posible a través del enfoque realista de la Teoría de las Relaciones Internacionales, en la cual se «rechaza la existencia de una armonía de intereses entre los Estados y considera que el conflicto es natural al sistema internacional, que las relaciones internacionales son básicamente conflictivas» (Del Arenal, 1990, p. 128).

Es claro que no existe ningún tipo de alineación entre los intereses de Israel y la comunidad musulmana, lo cual genera conflictos, a veces infundados u otras veces reales, que llevan a deteriorar de manera progresiva los posibles acercamientos que puedan existir entre ambas comunidades; como consecuencia, se perpetúan ideas colectivas acerca de las comunidades. Por caso tenemos el de Israel, en donde estos son señalados de aventajados negociantes, como se comenta en el libro de Theodoro Herzl: «Hemos logrado, sin duda, una superioridad en los negocios, porque en la Edad Media se nos empujó a ello» (Herzl, 1896). Y en el caso de los musulmanes se propaga la idea generalizada de que la Yihad es una confrontación militar, generadora de conflictos de carácter étnico y religioso; idea que es criticada por autores como Juan José Tamayo, quien define la Yihad dentro de un contexto positivo, en donde se designa el esfuerzo del creyente por regular sus pasiones individuales, la organización social y el orden del mundo (Tamayo, 2009). Es así como controversias de carácter coyuntural, como el acuerdo nuclear, atizan dichas divisiones no dejando a la comunidad internacional capacidad alguna de maniobra.

II. Composición del acuerdo

Para dar respuesta a la anterior pregunta, expuesta en la introducción, es necesario realizar una revisión profunda no solo del acuerdo firmado por Irán y Estados Unidos, sino que se hace imprescindible realizar un revisión exhaustiva de los antecedentes de la región y los actores, para llegar a un visión más clara de la existencia de Israel en Medio Oriente y cómo dicho acuerdo puede afectar la seguridad de este Estado.

El Medio Oriente es una zona que une tres continentes: África, Europa y Asia. Esta región con sus respectivos países tiene las reservas más altas de petróleo del mundo y es una de las zonas, geopolíticamente hablando, más importantes del mundo. Dicha importancia geoestratégica hace que la zona sea un lugar sobre el cual los ojos de todos estén puestos de manera constante, por lo tanto, acontecimientos tan destacados como la firma del acuerdo nuclear de Irán-Estados Unidos, afirman el deseo de la comunidad internacional de llevar a esta zona un poco más de estabilidad; sin embargo, es importante revisar en detalle el acuerdo en el cual se puede analizar si este es suficiente para evitar que en dicha región se use el poder nuclear para fines belicistas.

El 14 de julio de 2015 Estados Unidos, China, Rusia, Alemania, Inglaterra y el alto representante para asuntos exteriores de la Unión Europea pactan el texto del acuerdo nuclear con Irán. En este el país se compromete a utilizar el poder nuclear con fines pacíficos.

El acuerdo es conformado básicamente por un plan de acción en el que se describen de manera sucinta los compromisos de Irán y, además, cuáles son los pasos necesarios para acercarse a los objetivos del acuerdo. El plan de acción está dividido en cinco anexos en los cuales se hace una especificación de cada tema. De esta manera, dichos apéndices son discriminados de la siguiente manera (State, 2015):

  1. Compromisos a nivel nuclear. Este anexo describe el manejo de las instalaciones nucleares, la necesidad del límite que se debe dar al enriquecimiento de uranio y el control que se debe ejercer sobre las reservas de uranio del país. De igual forma, se intenta aclarar el control de todos los reactores del país.
  2. Compromisos con respecto a las sanciones. En este se describen las sanciones a las que se expone Irán por el eventual incumplimiento de los acuerdos firmados. El anexo define sanciones desde todos los países miembros de las Naciones Unidas, y define varios rubros de sanción desde el sector bancario, textilero hasta el tecnológico.
  3. Cooperación nuclear civil. Este comprende todo el papel que organizaciones civiles y no gubernamentales van a jugar dentro del proceso de modernización y desmonte de algunos de los reactores nucleares. En el anexo se le da un rol importante al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y se afirma en dicho documento que jugará un papel crucial.
  4. Comisión Conjunta. Es básicamente la comisión que se encarga de ejercer un control preciso de los procesos de manejo y control de los reactores nucleares y el cumplimiento de los compromisos a los cuales Irán se acoge; se ocupa de elementos tan importantes como la constante presencia en las reuniones de los comités científicos del control de aguas pesadas, la revisión de las adquisiciones del nuevo material para propósitos nucleares y que no sobrepasen las restricciones del país; dicha comisión está conformada por comisionados de Alemania, China, Rusia, Estados Unidos y el alto comisionado de la Unión Europea.
  5. Plan de Implementación. Se encarga de manera formal de poner en marcha los anexos 1 y 2, en lo que se refiere a compromisos y sanciones, a través de una aceptación explícita de la comisión para apegarse a cada uno de los acuerdos que están consignados en los anexos anteriormente descritos.

Con el plan descrito por la comisión del acuerdo nuclear es posible argumentar que este se encuentra elaborado de tal manera que no exista una violación o transgresión del mismo; sin embargo, para poder determinar un análisis más concienzudo de dicho acuerdo es menester aterrizarlo a la situación que está viviendo el Medio Oriente en cuanto a estabilidad política, social y regional. Es por eso que para tal fin se realizará una revisión de la zona con sus respectivos actores y cómo estos se desenvuelven dentro del escenario político de la zona, para así posteriormente señalar las debilidades del acuerdo nuclear en el contexto del desenvolvimiento geopolítico del Medio Oriente.

La manera más adecuada para realizar una aproximación al Medio Oriente es a través de la ubicación geográfica, ya que esta zona tiene una serie de particularidades especiales que la hacen geopolíticamente inestable. Limitando con Asia occidental, con el norte de África y con el oriente de Europa se encuentra el Medio Oriente, el cual une tres continentes y donde se afirma aparecen las primeras concepciones de sociedad y de civilización. El Medio Oriente en la actualidad está conformado por los países: Arabia saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Irán, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Omán, Qatar, Siria, Sudán, Yemen y los territorios autónomos de Cisjordania y la franja de Gaza. La zona anteriormente descrita se caracteriza por tener una población mayoritariamente árabe y musulmana, que representa un 88.94 % de la población en contraposición con un 4.61 % de cristianos, 3.97 % de judíos, 1.2 % de hindúes, 0.33 % de budistas y 0.96 % otros. Por otra parte, como se anotaba con anterioridad, la zona cuenta con las reservas probadas de petróleo más altas del mundo, lo cual hace del Medio Oriente una de las zonas más inestables por la importancia de estas.


III. Israel y su situación en el Medio Oriente

Ubicado en la ribera sudoriental del mar mediterráneo de religión judía y creado como Estado el 14 de mayo de 1948, Israel es el objeto de todos los ataques por parte de la población de la mayoría de Estados en Medio Oriente, ya que como se apuntaba recientemente, el porcentaje de judíos que profesan dicha religión es muy bajo con respecto a toda la región. Sin embargo, la incomodidad del Medio Oriente no se puede limitar exclusivamente a un tema de origen religioso, sin omitir que este no sea importante, pues como afirma Kramer «las pretensiones judías sobre Palestina como tierra de Israel, se aferran a la historia bíblica y afirman la presencia ininterrumpida del pueblo judío en esa tierra y su vinculación a ella» (Kramer, 2006, p. 2). Pero el tema de la tierra genera igual o más complicaciones aún, dado que el Estado de Israel es creado a partir de conflictos geopolíticos no solucionados después de la Segunda Guerra Mundial.

Con la finalización de la Segunda Guerra Mundial y la posterior conferencia de Yalta se planeaba la liberación, reconstrucción de Europa y la reparación de la Nación judía. Es aquí donde apareció la promesa de Estados Unidos a través del presidente Roosevelt con la nación judía, quien prometía la existencia del futuro Estado de Israel en la tierra de Palestina; dicha promesa fue realizada de la misma forma por parte del Reino Unido, pero para la nación palestina; es así como la promesa que se logra cumplir es la creación del Estado de Israel, situación que genera y atiza la confrontación de los Estados árabes con este, lo cual lleva a que el mismo día en que se proclama el Estado de Israel es atacado por una coalición árabe para evitar su constitución como Estado.

El trasegar histórico de Israel como Estado ha sido caótico, porque en algo más de cincuenta años ha tenido cuatro guerras de gran envergadura y con un problema doméstico de ataques terroristas por parte de células infiltradas de grupos nacionalistas de origen musulmán. Algunos de los conflictos más importantes son:

1. 1948-1949: Primera Guerra Árabe-Israelí

Los países que se ven involucrados en este conflicto son: Egipto, Irak, Líbano, Siria y Transjordania. La causa de la guerra se genera por el reconocimiento y aparición de Israel como estado soberano el 14 de mayo de 1948.

Israel toma un total de 5,728 km2 de territorio, con lo cual el país aumenta en un 40 % el territorio que le correspondía de acuerdo con la partición de la ONU, y se apropia del 78 % del territorio de la Palestina. Israel implementa políticas de retorno de toda la comunidad judía en el mundo para incrementar su población y

ocupar el nuevo territorio obtenido, y así promover el tamaño del pie de fuerza de su ejército a través de la incorporación masiva y la ayuda técnica del gobierno norteamericano. Las Naciones Unidas ordenan a Israel devolver los territorios ocupados militarmente con una respuesta negativa por parte del país, aduciendo problemas de seguridad con el mundo árabe. Egipto logra hacerse con el control de 217 km2 de la franja de Gaza y Transjordania se suma 5,728 km2, los cuales están ubicados entre Jerusalén y la ribera occidental del río Jordán (Kramer, 2006, p. 310).

2. 1956: crisis del canal de Suez

La crisis del canal de Suez involucra a Francia, Israel, Inglaterra y Egipto. El canal de Suez es financiado por Francia y Egipto, en su momento se convierte en el enlace principal entre el Reino Unido y sus colonias más importantes; de esta manera, el Reino Unido compra una participación al gobierno egipcio. Posterior a esto, Gamal Abdel Nasser a través de un golpe de Estado llega al poder de Egipto, se convierte en presidente y como parte de su nueva política nacionaliza el Canal de Suez. Esto desata una crisis en toda la región, entregando a Israel un control total sobre la península del Sinaí, de la cual después se retira por presiones específicas del gobierno norteamericano; sin embargo, a cambio recibe apoyo militar de potencias como Francia, Estados Unidos y Reino Unido, además de que es financiado el primer reactor nuclear para Israel. Egipto logra recuperar el control total del canal y empieza a consolidar y a liderar una nueva visión panárabe, enfocada en los intereses y necesidades del pueblo árabe. Francia e Inglaterra se retiran del canal bajo la presión de Estados Unidos y la antigua urss. Su lugar es ocupado por los cascos azules de la ONU (Davidi, 2005).

3. 1967: guerra de los Seis Días

Conflicto caracterizado por el enfrentamiento que se generó entre Israel y la coalición del mundo árabe conformada por Jordania, Irak y Siria. Israel poseía de facto la zona del Sinaí y con la exigencia de retiro de la zona y su negativa, este realiza un ataque preventivo en contra de las fuerzas árabes, y se toma los territorios del Sinaí, la Franja de Gaza, la Cisjordania y los altos del Golán con el inmediato reconocimiento por parte del consejo de seguridad de la ONU de dichos territorios como parte del territorio israelí en un total de 45,000 km2 (Barker, 1974).

4. 1973: guerra del Yom Kipur

Durante la fiesta judía llamada Yom Kipur, Israel fue blanco de un ataque repentino por parte de Egipto y Siria, apoyados por Irak, Jordania y la antigua urss. El ataque se realizó con el objetivo básico de recuperar las posiciones territoriales previamente tomadas por Israel. Dicha guerra, en general, representó una gran pérdida de vidas y recursos materiales, sin embargo, en esta ocasión los árabes obtuvieron una pequeña ventaja. De esta manera, Egipto logró afianzar su posición negociadora con Israel posterior al conflicto y su liderazgo a nivel regional en la comunidad árabe. Para Israel, la guerra del Yom Kipur resultó ser un golpe moral muy fuerte al percatarse de sus propias limitaciones y amenazas, lo que condujo a un proceso fuerte de modernización de las fuerzas militares israelíes (Maffeo, 2003).

5. 1982-1983: guerra del Líbano

Con el objetivo de alejar a las milicias y comando central de la Organización para la Liberación de Palestina (olp) de los territorios ocupados y del Líbano, Israel emprende la operación militar llamada Paz para Galilea, la cual no es más que un proceso continuado de asedios terrestres y aéreos para limitar y, si es posible, destruir la capacidad bélica de las baterías antiaéreas y el lanzamiento de misiles de la olp contra las ciudades de Israel. Dicha incursión deja como consecuencia un gran número de víctimas tanto israelíes como libanesas y milicias palestinas. La guerra del Líbano conlleva a que a través de un armisticio se permita la salida de las milicias palestinas de la olp, las cuales se trasladan a Túnez. Por su parte Israel se compromete a abandonar el Líbano, no sin antes dejar una zona de seguridad de 9 km fuera del país (Herraez, 2009, p. 100).

Lo anteriormente descrito han sido los acontecimientos bélicos más importantes en los que Israel se ha visto involucrado, han sido guerras de gran envergadura, las cuales han puesto siempre en peligro la seguridad de Israel. La incertidumbre en seguridad, de igual forma, se traslada a los problemas domésticos en Israel, donde recogiendo información de las diferentes agencias de seguridad se puede observar como ejemplo, que Israel en 13 días recibe 27 ataques terroristas aproximadamente. Dichas acciones fueron registradas desde el primero de octubre de 2015 hasta el 13 de octubre del mismo mes como ataques de tipo selectivo o acciones masivas con un modus operandi propio de organizaciones como Hamas o la olp a través de Al-Fatah. En virtud de lo antes expuesto se puede evidenciar que la posición israelí a nivel internacional se ha caracterizado por un tipo de política de acciones preventivas, lo cual algunas veces lleva a Israel a tomar la iniciativa en algunas acciones de manera apresurada.

IV. Irán y su importancia geoestratégica

La caracterización y conceptualización de Irán resulta fundamental, debido a que este país es una zona importante en la estabilidad de Medio Oriente como pivote geoestratégico en el funcionamiento del área. Como afirma Samuel Huntington: «Irán tiene el tamaño, ubicación central, la población, las tradiciones históricas, los recursos petrolíferos y el nivel medio de desarrollo económico que le cualificarían para ser un Estado central islámico» (Huntington, 2005, p. 239). Irán ha puesto en marcha su programa nuclear que se viene desarrollando desde los años 50 de la mano del Shah de Irán, Mohammad Reza Pahlevi, y con la colaboración del Gobierno norteamericano. Esta información resulta relevante, puesto que en la zona de Medio Oriente pocos países poseen un programa nuclear (Pakistán, India e Israel no niegan ni afirman la existencia de arsenal nuclear en sus propios ejércitos).

El poder nuclear resulta en una zona como el Medio Oriente un objeto desestabilizador, porque debido al gran número de diferencias de origen étnico, religioso y político, dicha ventaja nuclear se convierte en una amenaza para cualquiera de sus miembros, ya que con la capacidad nuclear que también posee Israel es posible prever un conflicto de carácter nuclear y que podría definitivamente generar una conflagración mundial. Teniendo en cuenta que en la región son pocos los Estados que tienen un programa nuclear tan avanzado como el de Irán, es importante realizar un recuento de las instalaciones nucleares del país, para así realizar un análisis más cuidadoso de las implicaciones del acuerdo nuclear entre Irán y Estados Unidos. La estructura nuclear de Irán está compuesta por 17 instalaciones nucleares con propósitos diferentes, como se describe a continuación.

V. Instalaciones nucleares en la actualidad en Irán

Las instalaciones en Irán se describen en el acuerdo JCPOA. Veamos un resumen, a continuación (State, 2015).

Anarak: instalación nuclear destinada para fines de almacenamiento, ubicada cerca del pueblo de Yazd.

Arak: es una instalación descubierta por causa de un grupo terrorista. Durante el año 2002 se construyó un reactor nuclear de agua pesada para desarrollo e investigación que debería ser terminado para el 2014. Este reactor ha sido uno de los reactores que había tratado de ser oculto ante el OIEA.

Ardakan: instalación nuclear para el manejo de combustible nuclear terminado en el año 2005.

Bonab: instalación nuclear creada con fines agrarios, es controlada en su totalidad por la OIEA.

Bushehr: reactor nuclear ubicado cerca del golfo Pérsico, creado a través de la colaboración explícita de Rusia e Irán. Este reactor ha estado en muchas discusiones, ya que los propósitos del mismo nunca fueron expuestos con claridad y han sido escondidos por el Gobierno de Irán y el antiguo director general del oiea, Mohamed El-baradei. El director afirmaba que el proyecto del reactor de Bushehr no era asunto internacional; de esta forma, se cerró la posibilidad a cualquier tipo de verificación (State, 2015).

Chalus: instalación nuclear ubicada en una zona montañosa a 20 km de la ciudad de Chalus. La existencia de esta instalación ha sido desmentida por la OIEA.

Darkovin: reactor nuclear con capacidad de 360 MW, ubicado al suroeste de Irán, sin embargo, a la fecha se encuentra abandonado en su totalidad sin ningún tipo de control nacional o internacional.

Isfahán: es un pequeño reactor nuclear que fue construido por China y operado por la agencia de energía nuclear de Irán. Lo importante de este reactor radica en que, si bien en este lugar no se puede crear una bomba atómica, es posible a través del centrifugado separar isótopos y crear uranio enriquecido.

Karaj: instalación nuclear dedicada a la agricultura y la medicina.

Lashkar Aba: instalación nuclear dedicada a la separación de isótopos, donde se realizan actividades de enriquecimiento a través de láseres. Fue cerrada con una gran cantidad de controversias acerca de la veracidad de dicho cierre.

Lavizan: instalación nuclear derrumbada, reconstruida y reubicada en Teherán.

Natanz: es una de las instalaciones más grandes del país, construida a 8 metros bajo la superficie terrestre. Esta instalación se encarga del enriquecimiento de combustible y posee 270 centrífugas en funcionamiento y con la capacidad de 1000 más por construir.

Parchin: complejo militar desmentido de ser una instalación de corte nuclear.

Saghand: no es en sí una instalación nuclear, sin embargo, es una mina de 150 km2, la cual posee reservas de 3000 a 5000 toneladas de óxido de uranio.

Teherán: es uno de los reactores nucleares más importantes del país, equipado con un centro de investigación y con la capacidad de producir 600 g de plutonio en un año, con lo cual se especula que en 17 años habría tenido suficiente plutonio para crear una bomba atómica.

Yazd: es un centro de procesamiento de radiación creado con fines médicos.

Las instalaciones nucleares anteriormente descritas son las más importantes del país y se han dado a conocer por fuentes oficiales; esto hace de dichas instalaciones parte del proceso del acuerdo nuclear entre Irán y Estados Unidos (State, 2015).

VI. El islam como eje desestabilizador

Cuando se intenta realizar una caracterización del conflicto de Medio Oriente o en este caso la amenaza que representa Irán para la seguridad de Israel, es necesario e ineludible apuntar al tema religioso, ya que de esta se desprende la mayoría de conflictos en la región; por esto, se define el islam como uno de los principales actores. La complejidad del Medio Oriente recubre el antagonismo que representan tanto el islam como el judaísmo, mostrándose cada una como la visión más clara y esperanzadora de la civilización humana. Por lo tanto, el reto de la comunidad internacional se encuentra enfocado hacia la armonización de dos visiones radicalmente opuestas y, más aún, en la coyuntura actual.

El islam es una de las tres religiones monoteístas del mundo al igual que el cristianismo y el judaísmo, lo cual hace de estas religiones de origen y objetivo exclusivo y cada una clama unicidad de existencia. El islam tomó una posición más lejana con respecto a occidente −sin que esto denote una belicidad evidente−, como afirma Samuel Huntington: «En los años ochenta y noventa, la tendencia general en el islam ha seguido una dirección antioccidental» (Huntington, 2005, p. 285). Ahora bien, es importante aclarar que las tres religiones citadas anteriormente emanan del mismo tronco común del cual se conciben dichas creencias. En el caso del cristianismo se afirma en la Biblia que la línea de Abraham se perpetúa a través de su esposa Sara, quien da a luz a su hijo Isaac; de este linaje se deriva la descendencia de los judíos y cristianos. En el islam, por otro lado, está la línea de Abraham con su esclava Agar, quien da a luz a su hijo Ismael, a través de quien se obtiene la descendencia árabe, lo cual en un momento dado de la historia bíblica representa una dificultad grande en la medida en que la promesa de la tierra y descendencia es confirmada en el pueblo judío por medio de Abraham y Sara, y en el pueblo árabe, de Abraham y Agar.

Posteriormente, en el 625 d. C. en la región del Medio Oriente es creada la religión del islam por el profeta Abu l-Qāsim Muhammad ibn Abd Allāh al-Hāšimī al-Qurayšī (Mahoma), considerado como el único profeta del islam y quien recibió las revelaciones del arcángel Gabriel, las cuales fueron consignadas en el Corán, libro sagrado del islam, que contiene de manera parecida a la Biblia una gran cantidad de preceptos de orden social, político y moral para vivir de manera espiritual.

En virtud de lo antes descrito, sería simple definir el conflicto social y religioso de la región a partir de la pugna entre el islam, judaísmo y cristianismo; no obstante, el conflicto es mucho más complejo en la medida que en cada una de las respectivas creencias existen facciones moderadas o mucho más extremas. En el caso del islam encontramos dos líneas fundamentales dadas a partir de la definición de la línea de sucesión del profeta Mahoma, en donde se ha generado uno de los conflictos más fuertes en la comunidad islámica como lo describe Cristina de la Puente: «Quizá el mayor problema con el que se enfrentó la umma en su supervivencia fue el hacer frente a la muerte del profeta sin un sucesor directo» (Diaz-Mas y De la Puente, 2007, p. 212), encontrando por un lado la línea sunita la cual se desprende de la línea única del islam, al definir la guía del islam a través de los califas, designados como «representantes de los enviados de Dios» y que no poseen un sistema piramidal de control. Y en oposición al sunismo encontramos al chiismo, el cual aboga por el seguimiento espiritual de la línea de descendencia del profeta a través de su yerno Alí; es así como estas dos facciones están enfrentadas, y lo único que une a estas dos es la destrucción de Israel.

VII. La nueva amenaza del Estado Islámico (ISIS)

El Medio Oriente es una zona dinámica y muy compleja que se encuentra en constante cambio a medida que nuevos actores se unen a su dinámica geopolítica. Precisamente, uno de esos nuevos actores es el Estado Islámico, un grupo terrorista que actualmente controla de facto varias regiones de Irak y Siria en una suerte de Estado no reconocido.

Los antecedentes del Estado Islámico se remontan a la aparición y fortalecimiento del grupo yihadista Al Qaeda, con un modus operandi de pequeñas células encargadas de realizar ataques terroristas. Dicha organización era liderada por Osama Bin Laden, millonario de origen saudita, y según información de agencias de seguridad fue financiada por la cia para apoyar la confrontación con las tropas soviéticas en Afganistán (Laub, 2016).

Dentro del proceso yihadista y terrorista de la organización Al Qaeda se presentan una serie de grupos, que empiezan a crecer bajo la tutela de dicha organización entre los cuales se destaca un grupo liderado por Abu Musab al Zarqaui. Este hombre se caracterizaba por poseer una capacidad de liderazgo y operativa muy desarrollada en comparación con el resto de los miembros de la organización. Con la posterior muerte de Al Zarqaui en un combate, el liderazgo de dicho grupo es asumido por Abu Abdullah al-Rashid al-Baghdadi, quien de manera unilateral declara el Estado islámico y empieza a separar sus acciones de la organización Al Qaeda. El proceso de expansión del Estado Islámico se ha caracterizado por un movimiento ágil y progresivo con el cual han logrado capturar importantes zonas de Siria e Irak.

El grupo Estado Islámico es una organización terrorista de origen sunita fundamentalista de corte wahabí, y tienen la particularidad de haber autoproclamado un califato, ubicado en un amplio territorio que abarca los Estados de Siria e Irak.

Entre las características más importantes del citado grupo se puede referir que es un grupo sunita, lo que lo diferencia de manera sustancial de los demás grupos terroristas en varios aspectos:

De acuerdo con lo expuesto, se puede afirmar que el papel que juega Estado Islámico en Medio Oriente es crucial y aún más compleja la relación que se encuentra entre las líneas de creencia islámica e Israel, y la posibilidad logística y operativa que tenga Estado islámico de hacerse del control, ya sea de reactores nucleares o de armas nucleares.

El aspecto del control territorial es un tema sensible, teniendo en cuenta que Estado islámico al secuestrar las entidades de países como Siria o Irak está en la capacidad de ejercer compras a manera de Estado. Asimismo, encontramos noticias como la de Russia Today (RT) el día 23 de mayo de 2015, en la cual se afirmaba que Estado Islámico estaría en la posibilidad de realizar compras de armas nucleares a otros Estados más específicamente a Pakistán (Russia Today, 2015). Por lo tanto, la posibilidad de un ataque nuclear en contra de Israel o cualquier país de occidente es una posibilidad más que latente. Una pésima gestión de control financiero en Medio Oriente y el testaferrato, por ejemplo, se muestran como fenómenos de intermediación para la adquisición de dicho tipo de armas, las cuales con facilidad pueden ser entregadas por Pakistán o en su defecto por Irán (este último ha sido centro de las críticas por su capacidad de crear poder nuclear a partir de su reciente acuerdo con Estados Unidos, como se ha mencionado).

La presencia del Estado Islámico en varias zonas de la región de Medio Oriente y la aparición continua de grupos que se vuelven leales a este, como por ejemplo el grupo Boko Haram de Nigeria, el cual ha terminado con arsenal bélico de origen pakistaní, iraní y americano, hacen imposible rastrear la pérdida de armamento y el destino de estos equipos. Se puede apreciar también, por ejemplo, en la noticia recogida por Reuters evidencias sobre la preocupación internacional y de Estados Unidos por la posibilidad de que el Estado Islámico haya podido robar material radioactivo de una empresa norteamericana y que dicho material pueda ser usado para realizar ataques terroristas de cualquier tipo (Kalin, 2016).

Con una descripción clara del Estado geopolítico y político de la región y la confluencia de los diferentes actores ya descritos, se hace menester precisar de manera amplia las debilidades y riesgos del acuerdo nuclear Irán-Estados Unidos, el cual indudablemente genera una inestabilidad de grandes proporciones en Medio Oriente y, por ende, más aun en Israel. Gran parte de la comunidad internacional ha mostrado su preocupación por el riesgo que genera el acuerdo nuclear, ya que como se muestra a continuación dicho acuerdo no elimina la posibilidad que Irán pueda crear una bomba nuclear.

VII. Debilidades del acuerdo y crítica al mismo

Con lo antes mencionado se procede a enumerar algunas de las debilidades del acuerdo, el cual representan una clara amenaza a la seguridad de Israel.

Conclusiones y resultados

Como resultado de lo antes descrito se puede apreciar que la zona del Medio Oriente es un lugar muy inestable con una gran cantidad de culturas y pueblos con cosmovisiones diametralmente opuestas, donde predominan rivalidades de vieja data entre musulmanes, cristianos y judíos con valores y costumbres que en la mayoría de ocasiones chocan por la gran diferencia de cada cultura. Todo esto se ve atizado por ser la región del mundo con las reservas más grandes de hidrocarburos, lo cual indudablemente genera una gran cantidad de tensiones a nivel geopolítico y diplomático. En virtud de lo anterior, se hacía menester que el acuerdo nuclear estuviera más enfocado en el largo plazo y no a la consecución de un acuerdo de corto plazo y orientado al resultado, como lo afirma el presidente Obama al declarar que el acuerdo nuclear logrado con Irán fue «un buen acuerdo» (Ayuso, 2016). En consecuencia, es posible revelar, por medio del realismo en las relaciones internacionales, una relación directa entre los objetivos de los Estados y la implementación de políticas y acuerdos; además, que los Estados más allá de visiones idealistas tienen intereses, los cuales no discriminan si sus resultados afectan de manera negativa o positiva a los actores.

Con dicha afirmación se denota el alcance de un proceso en el cual no se cubren todos los aspectos primordiales de la importancia de un acuerdo nuclear. Este, como se ha explicado extensamente, tiene fuertes debilidades en aspectos de control, verificación y sanción; aquí el tiempo juega un papel crítico, ya que como se observó con anterioridad la mayor parte de los compromisos de Irán en materia nuclear no pasan de los 15 años, tiempo que para una zona como Medio Oriente es poco y peligroso. El acuerdo nuclear pone en riesgo la seguridad y existencia misma de Israel, pues no cubre aspectos básicos de la seguridad regional, lo cual ya está desencadenando una carrera armamentista en la región y así generando el caldo de cultivo de un conflicto de mayor envergadura y, por ende, la amenaza directa a la existencia del Estado de Israel y el mundo. Se pone en peligro no solo contribuciones importantes del mundo Israelí, sino también de la comunidad árabe- musulmana, las cuales representan una gran parte del conocimiento y concepción de nuestra civilización.




Referencias

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