El reciente acuerdo nuclear firmado por Estados Unidos e Irán ha sido el centro de la controversia internacional, debido a que suscita
inquietudes por la laxitud del mismo. Según fuentes especializadas, el acuerdo no elimina la posibilidad de Irán de producir uranio enriquecido,
elemento principal para la creación de una bomba atómica, que se cierne como una amenaza latente para el Estado de Israel, quien, además,
debe afrontar amenazas de índole religiosa, social y política. A partir de la Teoría Realista de las Relaciones Internacionales, se busca
probar cómo en el escenario geopolítico internacional priman los intereses de cada Estado y cómo en este caso el desarrollo y perfeccionamiento
de la tecnología nuclear se convierte en una amenaza latente, no solo para el Estado de Israel sino para toda la civilización.
Será posible encontrar una relación directa entre los intereses particulares de un Estado a nivel político y cómo factores tan importantes
como la religión y la geografía inciden de manera crucial en dichas dinámicas.
Palabras clave: geopolítica, uranio enriquecido, centrifugadora nuclear, isis, religión, amenaza nuclear.
The nuclear deal recently signed by the United States and Iran has sparked international controversy, raising concerns related to its laxity.
According to recognised sources, the agreement does not prevent Iran from producing enriched uranium, the main material used to create an atomic
bomb, which looms as a latent threat to Israel, a state that must also face religious, social and political threats. Relying on the realist theory
of international relations, the paper seeks to show that the interests of each state prevail in the international geopolitical scenario. Also,
it attempts to show how, in this particular case, the development and improvement of nuclear technology becomes a latent threat, not only
for the state of Israel but for the whole civilization. It is argued that a direct relationship can be found between the particular political
interests of a state and the crucial influence that factors as important as religion and geography have on these dynamics.
Keywords: geopolitics, enriched uranium, nuclear centrifuge, isis, religion, nuclear threat.
El 14 de julio de 2015 se firmó el acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán, en el cual este último se compromete a «utilizar con fines pacíficos
la producción de energía nuclear» (State, 2015). Sin embargo, dicho acuerdo ha despertado gran cantidad de temores y suspicacias en la comunidad
internacional y, más aún, en el corazón de la sociedad israelí misma.
No es un secreto que la incomodidad de dicho acuerdo se ve atizada por las rivalidades mismas que siempre han surgido entre Irán e Israel, las
cuales van desde diferencias de orden religioso hasta diferencias en el campo político, lo cual genera un gran nivel de desconfianza en ambos
países; esto se ve acentuado por la ubicación misma de los dos países, los cuales se encuentran en la región del Medio Oriente, una de las regiones
más convulsionadas del planeta.
Todo tipo de conflictos están a la orden del día en la zona de Medio Oriente. Se pueden encontrar fuertes conflictos de índole religioso y
territorial, como las pugnas entre israelíes y palestinos, los cuales mantienen un enfrentamiento de varias décadas por la antigua tierra de
la Palestina, que según Gudrun Kramer «tuvo límites impuestos por el ser humano y, por tanto, fronteras políticas que no solía fijar la
población local sino vecinos más fuertes, y que fueron variables y, a menudo, imprecisas» (Kramer, 2006, p 1). Por otro lado, encontramos
problemas de origen étnico que influyen de manera indirecta en el Medio Oriente. Aquí se puede relacionar como ejemplo el problema de la
nación kurda y la disputa que estos sostienen con Turquía por el control territorial.
A nivel internacional el Medio Oriente es una zona de importancia estratégica, ya que este es un corredor geopolítico que une tres continentes
en los cuales se agrupan los centros de las tres religiones monoteístas más importantes del mundo con un predominio importante del islam,
el cual debe ser tenido en cuenta por su acelerado crecimiento; Juan José Tamayo afirma que «El futuro de la humanidad no puede construirse
contra el islam, ni al margen del islam, sino en colaboración con él» (Tamayo, 2009, p. 15) y define la dinámica de la región sin mencionar
el recurso petrolero de la zona, el cual es motivo de disputas importantes a nivel internacional.
El Medio Oriente se encuentra en una profunda crisis, sazonada con las tres variables más importantes y desequilibrantes en cualquier sociedad; la variable política,
la cual se encuentra representada en procesos fallidos de paz y adjudicación de tierras, que han llevado a acentuar más las diferencias y
disputas en lugar de mejorarlas, como afirma Samuel Huntington en su libro Choque de Civilizaciones:
En el mundo árabe, los Estados existentes tienen problemas de legitimidad porque en su mayoría son el resultado arbitrario, si no caprichoso,
del imperialismo europeo, y sus fronteras a menudo ni siquiera coinciden con las de grupos étnicos como los bereberes y los kurdos (Huntington,
2005, p. 235).
Es indudable que el Medio Oriente enfrenta una crisis importante en cuanto a la legitimidad de los Estados, ya que la aparición de estos es el
resultado del desmembramiento de antiguas provincias del imperio turco otomano, con consecuencias que aún son apreciables a través de fenómenos
tan evidentes como la primavera árabe. Otro de los elementos desestabilizadores del Medio Oriente es el tema de la religión, la cual es
usada como punta de lanza de todos los objetivos sociales y políticos de los habitantes de la región tanto por parte de la comunidad
musulmana como de la comunidad judía; sin embargo, en el caso particular del islam «el resurgimiento islámico ha dado a los musulmanes
una confianza renovada en el carácter y validez distintivos de su civilización y sus valores en comparación con los de occidente»
(Huntington, 2005, p. 283).
Finalmente, como tercer punto, los nacionalismos tienden a unirse a las variables anteriormente citadas y generan una desestabilización de gran
envergadura, la cual desemboca en un alto grado de incertidumbre geopolítica que se representa en la gestión y disposición de políticas
equivocadas tanto de parte de Israel con la creación y promoción de asentamientos en zonas en conflicto como por parte de los Estados
musulmanes con la promoción y financiación de grupos como Hezbollah, Hamas y el mismo yihadismo combativo. El tratado nuclear firmado
simplemente profundiza aún más las diferencias y temores de las sociedades israelí e iraní; y este si bien ha sido anunciado y divulgado,
no es claro ni preciso en el poder coactivo del mismo y en la limitación tecnológica de dicho poder nuclear.
En virtud de lo anteriormente expuesto, es menester preguntarnos ¿A pesar de la capacidad defensiva y ofensiva de Israel, puede estar
seguro con un Irán nuclear?
I. Determinación de variables de virtud de la Teoría de las Relaciones Internacionales
El análisis de la actual situación de Israel en el escenario internacional nos lleva a determinar las variables a las cuales se expone en términos
de relaciones internacionales, y así es posible dilucidar de manera más adecuada los riesgos u oportunidades a los cuales Israel está expuesto. La
Teoría de las Relaciones Internacionales brinda una aproximación más clara a los nuevos retos que plantea la sociedad internacional a través de
la interpretación del concepto de seguridad, el cual hace parte fundamental de la cooperación y la interdependencia; precisamente, Celestino
Del Arenal afirma que «El mundo, como consecuencia del acelerado desarrollo social, económico, científico-técnico y comunicacional, está
caracterizado por el creciente fenómeno de la interdependencia y de la cooperación y se ha transformado realmente en una sociedad mundial»
(Del Arenal, 1990, p. 165). No obstante, a pesar de que la Teoría de las Relaciones Internacionales posee fuentes importantes de conceptos de
cooperación internacional y respeto por el orden
internacional, parece que la versión que toma más fuerza en Medio Oriente es una visión más realista de la dinámica geopolítica en la región,
en la cual el componente militar juega un papel fundamental, al permitir que el país que ejerza dicho liderazgo se erija como un abanderado
de la geopolítica de la región; por lo tanto, encontramos procesos armamentísticos como el de Israel a partir de 1948, fecha en la que se
constituye como Estado, recibe un fuerte apoyo militar por parte de Estados Unidos y se convierte en uno de los países más fuertes militarmente
de la región.
La adquisición de armas se vuelve prioridad, lo cual genera procesos de carreras armamentísticas que configuran la guerra como un objetivo
deseable y realista de la sociedad internacional; de esta forma, se puede apreciar que el análisis de la actual situación de Israel en el
Medio Oriente es posible a través del enfoque realista de la Teoría de las Relaciones Internacionales, en la cual se «rechaza la existencia
de una armonía de intereses entre los Estados y considera que el conflicto es natural al sistema internacional, que las relaciones
internacionales son básicamente conflictivas» (Del Arenal, 1990, p. 128).
Es claro que no existe ningún tipo de alineación entre los intereses de Israel y la comunidad musulmana, lo cual genera conflictos, a veces infundados u otras
veces reales, que llevan a deteriorar de manera progresiva
los posibles acercamientos que puedan existir
entre ambas comunidades; como consecuencia, se
perpetúan ideas colectivas acerca de las comunidades.
Por caso tenemos el de Israel, en donde estos son señalados
de aventajados negociantes, como se comenta en
el libro de Theodoro Herzl: «Hemos logrado, sin duda,
una superioridad en los negocios, porque en la Edad
Media se nos empujó a ello» (Herzl, 1896). Y en el caso
de los musulmanes se propaga la idea generalizada de
que la Yihad es una confrontación militar, generadora
de conflictos de carácter étnico y religioso; idea que es
criticada por autores como Juan José Tamayo, quien
define la Yihad dentro de un contexto positivo, en donde
se designa el esfuerzo del creyente por regular sus
pasiones individuales, la organización social y el orden
del mundo (Tamayo, 2009). Es así como controversias
de carácter coyuntural, como el acuerdo nuclear,
atizan dichas divisiones no dejando a la comunidad
internacional capacidad alguna de maniobra.
II. Composición del acuerdo
Para dar respuesta a la anterior pregunta, expuesta en
la introducción, es necesario realizar una revisión profunda
no solo del acuerdo firmado por Irán y Estados
Unidos, sino que se hace imprescindible realizar un
revisión exhaustiva de los antecedentes de la región y
los actores, para llegar a un visión más clara de la existencia
de Israel en Medio Oriente y cómo dicho acuerdo
puede afectar la seguridad de este Estado.
El Medio Oriente es una zona que une tres continentes:
África, Europa y Asia. Esta región con sus respectivos
países tiene las reservas más altas de petróleo
del mundo y es una de las zonas, geopolíticamente
hablando, más importantes del mundo. Dicha importancia
geoestratégica hace que la zona sea un lugar sobre
el cual los ojos de todos estén puestos de manera
constante, por lo tanto, acontecimientos tan destacados
como la firma del acuerdo nuclear de Irán-Estados
Unidos, afirman el deseo de la comunidad internacional
de llevar a esta zona un poco más de estabilidad;
sin embargo, es importante revisar en detalle el acuerdo
en el cual se puede analizar si este es suficiente
para evitar que en dicha región se use el poder nuclear
para fines belicistas.
El 14 de julio de 2015 Estados Unidos, China, Rusia,
Alemania, Inglaterra y el alto representante para asuntos exteriores de la Unión Europea pactan el texto
del acuerdo nuclear con Irán. En este el país se compromete
a utilizar el poder nuclear con fines pacíficos.
El acuerdo es conformado básicamente por un plan
de acción en el que se describen de manera sucinta
los compromisos de Irán y, además, cuáles son los pasos
necesarios para acercarse a los objetivos del acuerdo.
El plan de acción está dividido en cinco anexos en
los cuales se hace una especificación de cada tema.
De esta manera, dichos apéndices son discriminados
de la siguiente manera (State, 2015):
-
Compromisos a nivel nuclear. Este anexo describe el
manejo de las instalaciones nucleares, la necesidad
del límite que se debe dar al enriquecimiento
de uranio y el control que se debe ejercer sobre
las reservas de uranio del país. De igual forma,
se intenta aclarar el control de todos los reactores
del país.
-
Compromisos con respecto a las sanciones. En este se
describen las sanciones a las que se expone Irán
por el eventual incumplimiento de los acuerdos
firmados. El anexo define sanciones desde todos
los países miembros de las Naciones Unidas, y define
varios rubros de sanción desde el sector bancario,
textilero hasta el tecnológico.
-
Cooperación nuclear civil. Este comprende todo el
papel que organizaciones civiles y no gubernamentales
van a jugar dentro del proceso de modernización
y desmonte de algunos de los reactores
nucleares. En el anexo se le da un rol importante
al Organismo Internacional de Energía Atómica
(OIEA) y se afirma en dicho documento que jugará
un papel crucial.
-
Comisión Conjunta. Es básicamente la comisión
que se encarga de ejercer un control preciso de
los procesos de manejo y control de los reactores
nucleares y el cumplimiento de los compromisos
a los cuales Irán se acoge; se ocupa de elementos
tan importantes como la constante presencia en
las reuniones de los comités científicos del control
de aguas pesadas, la revisión de las adquisiciones
del nuevo material para propósitos nucleares y
que no sobrepasen las restricciones del país; dicha
comisión está conformada por comisionados de
Alemania, China, Rusia, Estados Unidos y el alto
comisionado de la Unión Europea.
-
Plan de Implementación. Se encarga de manera formal
de poner en marcha los anexos 1 y 2, en lo
que se refiere a compromisos y sanciones, a través de una
aceptación explícita de la comisión para
apegarse a cada uno de los acuerdos que están consignados
en los anexos anteriormente descritos.
Con el plan descrito por la comisión del acuerdo nuclear
es posible argumentar que este se encuentra
elaborado de tal manera que no exista una violación
o transgresión del mismo; sin embargo, para poder
determinar un análisis más concienzudo de dicho
acuerdo es menester aterrizarlo a la situación que está
viviendo el Medio Oriente en cuanto a estabilidad política,
social y regional. Es por eso que para tal fin se
realizará una revisión de la zona con sus respectivos
actores y cómo estos se desenvuelven dentro del escenario
político de la zona, para así posteriormente señalar
las debilidades del acuerdo nuclear en el contexto
del desenvolvimiento geopolítico del Medio Oriente.
La manera más adecuada para realizar una aproximación
al Medio Oriente es a través de la ubicación
geográfica, ya que esta zona tiene una serie de particularidades
especiales que la hacen geopolíticamente
inestable. Limitando con Asia occidental, con el
norte de África y con el oriente de Europa se encuentra
el Medio Oriente, el cual une tres continentes y
donde se afirma aparecen las primeras concepciones
de sociedad y de civilización. El Medio Oriente en
la actualidad está conformado por los países: Arabia
saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Irán,
Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Omán, Qatar,
Siria, Sudán, Yemen y los territorios autónomos de
Cisjordania y la franja de Gaza. La zona anteriormente
descrita se caracteriza por tener una población mayoritariamente
árabe y musulmana, que representa
un 88.94 % de la población en contraposición con un
4.61 % de cristianos, 3.97 % de judíos, 1.2 % de hindúes,
0.33 % de budistas y 0.96 % otros. Por otra parte, como
se anotaba con anterioridad, la zona cuenta con las
reservas probadas de petróleo más altas del mundo,
lo cual hace del Medio Oriente una de las zonas más
inestables por la importancia de estas.
III. Israel y su situación en el Medio Oriente
Ubicado en la ribera sudoriental del mar mediterráneo
de religión judía y creado como Estado el 14 de mayo
de 1948, Israel es el objeto de todos los ataques por
parte de la población de la mayoría de Estados en Medio
Oriente, ya que como se apuntaba recientemente,
el porcentaje de judíos que profesan dicha religión es muy bajo con
respecto a toda la región. Sin embargo,
la incomodidad del Medio Oriente no se puede limitar
exclusivamente a un tema de origen religioso, sin
omitir que este no sea importante, pues como afirma
Kramer «las pretensiones judías sobre Palestina como
tierra de Israel, se aferran a la historia bíblica y afirman
la presencia ininterrumpida del pueblo judío en
esa tierra y su vinculación a ella» (Kramer, 2006, p. 2).
Pero el tema de la tierra genera igual o más complicaciones
aún, dado que el Estado de Israel es creado a
partir de conflictos geopolíticos no solucionados después
de la Segunda Guerra Mundial.
Con la finalización de la Segunda Guerra Mundial y
la posterior conferencia de Yalta se planeaba la liberación,
reconstrucción de Europa y la reparación de la
Nación judía. Es aquí donde apareció la promesa de
Estados Unidos a través del presidente Roosevelt con
la nación judía, quien prometía la existencia del futuro
Estado de Israel en la tierra de Palestina; dicha promesa
fue realizada de la misma forma por parte del Reino
Unido, pero para la nación palestina; es así como la
promesa que se logra cumplir es la creación del Estado
de Israel, situación que genera y atiza la confrontación
de los Estados árabes con este, lo cual lleva a que el
mismo día en que se proclama el Estado de Israel es
atacado por una coalición árabe para evitar su constitución
como Estado.
El trasegar histórico de Israel como Estado ha sido
caótico, porque en algo más de cincuenta años ha tenido
cuatro guerras de gran envergadura y con un
problema doméstico de ataques terroristas por parte
de células infiltradas de grupos nacionalistas de origen
musulmán. Algunos de los conflictos más importantes
son:
1. 1948-1949: Primera Guerra Árabe-Israelí
Los países que se ven involucrados en este conflicto
son: Egipto, Irak, Líbano, Siria y Transjordania. La
causa de la guerra se genera por el reconocimiento
y aparición de Israel como estado soberano el 14 de
mayo de 1948.
Israel toma un total de 5,728 km2 de territorio, con lo
cual el país aumenta en un 40 % el territorio que le correspondía
de acuerdo con la partición de la ONU, y
se apropia del 78 % del territorio de la Palestina. Israel
implementa políticas de retorno de toda la comunidad
judía en el mundo para incrementar su población y
ocupar el nuevo territorio obtenido, y así promover el
tamaño del pie de fuerza de su ejército a través de la
incorporación masiva y la ayuda técnica del gobierno
norteamericano. Las Naciones Unidas ordenan a Israel
devolver los territorios ocupados militarmente con
una respuesta negativa por parte del país, aduciendo
problemas de seguridad con el mundo árabe. Egipto
logra hacerse con el control de 217 km2 de la franja de
Gaza y Transjordania se suma 5,728 km2, los cuales están
ubicados entre Jerusalén y la ribera occidental del
río Jordán (Kramer, 2006, p. 310).
2. 1956: crisis del canal de Suez
La crisis del canal de Suez involucra a Francia, Israel,
Inglaterra y Egipto. El canal de Suez es financiado por
Francia y Egipto, en su momento se convierte en el enlace
principal entre el Reino Unido y sus colonias más
importantes; de esta manera, el Reino Unido compra
una participación al gobierno egipcio. Posterior a esto,
Gamal Abdel Nasser a través de un golpe de Estado
llega al poder de Egipto, se convierte en presidente y
como parte de su nueva política nacionaliza el Canal
de Suez. Esto desata una crisis en toda la región, entregando
a Israel un control total sobre la península
del Sinaí, de la cual después se retira por presiones
específicas del gobierno norteamericano; sin embargo,
a cambio recibe apoyo militar de potencias como Francia,
Estados Unidos y Reino Unido, además de que es
financiado el primer reactor nuclear para Israel. Egipto
logra recuperar el control total del canal y empieza a
consolidar y a liderar una nueva visión panárabe, enfocada
en los intereses y necesidades del pueblo árabe.
Francia e Inglaterra se retiran del canal bajo la presión
de Estados Unidos y la antigua urss. Su lugar es ocupado
por los cascos azules de la ONU (Davidi, 2005).
3. 1967: guerra de los Seis Días
Conflicto caracterizado por el enfrentamiento que se
generó entre Israel y la coalición del mundo árabe conformada
por Jordania, Irak y Siria. Israel poseía de facto
la zona del Sinaí y con la exigencia de retiro de la
zona y su negativa, este realiza un ataque preventivo
en contra de las fuerzas árabes, y se toma los territorios
del Sinaí, la Franja de Gaza, la Cisjordania y los
altos del Golán con el inmediato reconocimiento por
parte del consejo de seguridad de la ONU de dichos
territorios como parte del territorio israelí en un total
de 45,000 km2 (Barker, 1974).
4. 1973: guerra del Yom Kipur
Durante la fiesta judía llamada Yom Kipur, Israel fue
blanco de un ataque repentino por parte de Egipto y
Siria, apoyados por Irak, Jordania y la antigua urss. El
ataque se realizó con el objetivo básico de recuperar
las posiciones territoriales previamente tomadas por
Israel. Dicha guerra, en general, representó una gran
pérdida de vidas y recursos materiales, sin embargo,
en esta ocasión los árabes obtuvieron una pequeña
ventaja. De esta manera, Egipto logró afianzar su posición
negociadora con Israel posterior al conflicto y su
liderazgo a nivel regional en la comunidad árabe. Para
Israel, la guerra del Yom Kipur resultó ser un golpe
moral muy fuerte al percatarse de sus propias limitaciones
y amenazas, lo que condujo a un proceso fuerte
de modernización de las fuerzas militares israelíes
(Maffeo, 2003).
5. 1982-1983: guerra del Líbano
Con el objetivo de alejar a las milicias y comando central
de la Organización para la Liberación de Palestina
(olp) de los territorios ocupados y del Líbano, Israel
emprende la operación militar llamada Paz para Galilea,
la cual no es más que un proceso continuado de
asedios terrestres y aéreos para limitar y, si es posible,
destruir la capacidad bélica de las baterías antiaéreas
y el lanzamiento de misiles de la olp contra las ciudades
de Israel. Dicha incursión deja como consecuencia
un gran número de víctimas tanto israelíes como
libanesas y milicias palestinas. La guerra del Líbano
conlleva a que a través de un armisticio se permita la
salida de las milicias palestinas de la olp, las cuales se
trasladan a Túnez. Por su parte Israel se compromete
a abandonar el Líbano, no sin antes dejar una zona
de seguridad de 9 km fuera del país (Herraez, 2009,
p. 100).
Lo anteriormente descrito han sido los acontecimientos
bélicos más importantes en los que Israel se ha visto
involucrado, han sido guerras de gran envergadura,
las cuales han puesto siempre en peligro la seguridad
de Israel. La incertidumbre en seguridad, de igual forma,
se traslada a los problemas domésticos en Israel,
donde recogiendo información de las diferentes agencias
de seguridad se puede observar como ejemplo, que
Israel en 13 días recibe 27 ataques terroristas aproximadamente.
Dichas acciones fueron registradas desde
el primero de octubre de 2015 hasta el 13 de octubre del
mismo mes como ataques de tipo selectivo o acciones masivas con un
modus operandi propio de organizaciones
como Hamas o la olp a través de Al-Fatah. En
virtud de lo antes expuesto se puede evidenciar que
la posición israelí a nivel internacional se ha caracterizado
por un tipo de política de acciones preventivas,
lo cual algunas veces lleva a Israel a tomar la iniciativa
en algunas acciones de manera apresurada.
IV. Irán y su importancia geoestratégica
La caracterización y conceptualización de Irán resulta
fundamental, debido a que este país es una zona
importante en la estabilidad de Medio Oriente como
pivote geoestratégico en el funcionamiento del área.
Como afirma Samuel Huntington: «Irán tiene el tamaño,
ubicación central, la población, las tradiciones
históricas, los recursos petrolíferos y el nivel medio
de desarrollo económico que le cualificarían para ser
un Estado central islámico» (Huntington, 2005, p. 239).
Irán ha puesto en marcha su programa nuclear que se
viene desarrollando desde los años 50 de la mano del
Shah de Irán, Mohammad Reza Pahlevi, y con la colaboración
del Gobierno norteamericano. Esta información
resulta relevante, puesto que en la zona de Medio
Oriente pocos países poseen un programa nuclear (Pakistán,
India e Israel no niegan ni afirman la existencia
de arsenal nuclear en sus propios ejércitos).
El poder nuclear resulta en una zona como el Medio
Oriente un objeto desestabilizador, porque debido al
gran número de diferencias de origen étnico, religioso
y político, dicha ventaja nuclear se convierte en una
amenaza para cualquiera de sus miembros, ya que
con la capacidad nuclear que también posee Israel es
posible prever un conflicto de carácter nuclear y que
podría definitivamente generar una conflagración
mundial. Teniendo en cuenta que en la región son pocos
los Estados que tienen un programa nuclear tan
avanzado como el de Irán, es importante realizar un
recuento de las instalaciones nucleares del país, para
así realizar un análisis más cuidadoso de las implicaciones
del acuerdo nuclear entre Irán y Estados Unidos.
La estructura nuclear de Irán está compuesta por
17 instalaciones nucleares con propósitos diferentes,
como se describe a continuación.
V. Instalaciones nucleares en la actualidad en Irán
Las instalaciones en Irán se describen en el acuerdo
JCPOA. Veamos un resumen, a continuación (State, 2015).
Anarak: instalación nuclear destinada para fines de almacenamiento,
ubicada cerca del pueblo de Yazd.
Arak: es una instalación descubierta por causa de un
grupo terrorista. Durante el año 2002 se construyó
un reactor nuclear de agua pesada para desarrollo e
investigación que debería ser terminado para el 2014.
Este reactor ha sido uno de los reactores que había tratado
de ser oculto ante el OIEA.
Ardakan: instalación nuclear para el manejo de combustible
nuclear terminado en el año 2005.
Bonab: instalación nuclear creada con fines agrarios, es
controlada en su totalidad por la OIEA.
Bushehr: reactor nuclear ubicado cerca del golfo Pérsico,
creado a través de la colaboración explícita de Rusia
e Irán. Este reactor ha estado en muchas discusiones,
ya que los propósitos del mismo nunca fueron expuestos
con claridad y han sido escondidos por el Gobierno
de Irán y el antiguo director general del oiea, Mohamed
El-baradei. El director afirmaba que el proyecto
del reactor de Bushehr no era asunto internacional;
de esta forma, se cerró la posibilidad a cualquier tipo
de verificación (State, 2015).
Chalus: instalación nuclear ubicada en una zona montañosa
a 20 km de la ciudad de Chalus. La existencia
de esta instalación ha sido desmentida por la OIEA.
Darkovin: reactor nuclear con capacidad de 360 MW,
ubicado al suroeste de Irán, sin embargo, a la fecha se
encuentra abandonado en su totalidad sin ningún tipo
de control nacional o internacional.
Isfahán: es un pequeño reactor nuclear que fue construido
por China y operado por la agencia de energía
nuclear de Irán. Lo importante de este reactor radica
en que, si bien en este lugar no se puede crear una
bomba atómica, es posible a través del centrifugado
separar isótopos y crear uranio enriquecido.
Karaj: instalación nuclear dedicada a la agricultura y
la medicina.
Lashkar Aba: instalación nuclear dedicada a la separación
de isótopos, donde se realizan actividades de enriquecimiento
a través de láseres. Fue cerrada con una
gran cantidad de controversias acerca de la veracidad
de dicho cierre.
Lavizan: instalación nuclear derrumbada, reconstruida
y reubicada en Teherán.
Natanz: es una de las instalaciones más grandes del
país, construida a 8 metros bajo la superficie terrestre.
Esta instalación se encarga del enriquecimiento
de combustible y posee 270 centrífugas en funcionamiento
y con la capacidad de 1000 más por construir.
Parchin: complejo militar desmentido de ser una instalación
de corte nuclear.
Saghand: no es en sí una instalación nuclear, sin embargo,
es una mina de 150 km2, la cual posee reservas de
3000 a 5000 toneladas de óxido de uranio.
Teherán: es uno de los reactores nucleares más importantes
del país, equipado con un centro de investigación
y con la capacidad de producir 600 g de plutonio
en un año, con lo cual se especula que en 17 años
habría tenido suficiente plutonio para crear una bomba
atómica.
Yazd: es un centro de procesamiento de radiación creado
con fines médicos.
Las instalaciones nucleares anteriormente descritas
son las más importantes del país y se han dado a conocer
por fuentes oficiales; esto hace de dichas instalaciones
parte del proceso del acuerdo nuclear entre Irán y
Estados Unidos (State, 2015).
VI. El islam como eje desestabilizador
Cuando se intenta realizar una caracterización del
conflicto de Medio Oriente o en este caso la amenaza
que representa Irán para la seguridad de Israel, es
necesario e ineludible apuntar al tema religioso, ya
que de esta se desprende la mayoría de conflictos en
la región; por esto, se define el islam como uno de los
principales actores. La complejidad del Medio Oriente
recubre el antagonismo que representan tanto el
islam como el judaísmo, mostrándose cada una como
la visión más clara y esperanzadora de la civilización
humana. Por lo tanto, el reto de la comunidad internacional
se encuentra enfocado hacia la armonización de
dos visiones radicalmente opuestas y, más aún, en la
coyuntura actual.
El islam es una de las tres religiones monoteístas del
mundo al igual que el cristianismo y el judaísmo, lo
cual hace de estas religiones de origen y objetivo exclusivo
y cada una clama unicidad de existencia. El
islam tomó una posición más lejana con respecto a occidente
−sin que esto denote una belicidad evidente−,
como afirma Samuel Huntington: «En los años ochenta
y noventa, la tendencia general en el islam ha seguido
una dirección antioccidental» (Huntington, 2005,
p. 285). Ahora bien, es importante aclarar que las tres
religiones citadas anteriormente emanan del mismo
tronco común del cual se conciben dichas creencias.
En el caso del cristianismo se afirma en la Biblia que
la línea de Abraham se perpetúa a través de su esposa
Sara, quien da a luz a su hijo Isaac; de este linaje se
deriva la descendencia de los judíos y cristianos. En el
islam, por otro lado, está la línea de Abraham con su
esclava Agar, quien da a luz a su hijo Ismael, a través
de quien se obtiene la descendencia árabe, lo cual en
un momento dado de la historia bíblica representa una
dificultad grande en la medida en que la promesa de la
tierra y descendencia es confirmada en el pueblo judío
por medio de Abraham y Sara, y en el pueblo árabe, de
Abraham y Agar.
Posteriormente, en el 625 d. C. en la región del Medio
Oriente es creada la religión del islam por el profeta
Abu l-Qāsim Muhammad ibn Abd Allāh al-Hāšimī
al-Qurayšī (Mahoma), considerado como el único
profeta del islam y quien recibió las revelaciones del
arcángel Gabriel, las cuales fueron consignadas en
el Corán, libro sagrado del islam, que contiene de manera
parecida a la Biblia una gran cantidad de preceptos
de orden social, político y moral para vivir de
manera espiritual.
En virtud de lo antes descrito, sería simple definir el
conflicto social y religioso de la región a partir de la
pugna entre el islam, judaísmo y cristianismo; no obstante,
el conflicto es mucho más complejo en la medida
que en cada una de las respectivas creencias existen
facciones moderadas o mucho más extremas. En el
caso del islam encontramos dos líneas fundamentales
dadas a partir de la definición de la línea de sucesión
del profeta Mahoma, en donde se ha generado uno de
los conflictos más fuertes en la comunidad islámica
como lo describe Cristina de la Puente: «Quizá el mayor
problema con el que se enfrentó la umma en su supervivencia
fue el hacer frente a la muerte del profeta
sin un sucesor directo» (Diaz-Mas y De la Puente, 2007,
p. 212), encontrando por un lado la línea sunita la cual
se desprende de la línea única del islam, al definir la
guía del islam a través de los califas, designados como
«representantes de los enviados de Dios» y que no poseen
un sistema piramidal de control. Y en oposición
al sunismo encontramos al chiismo, el cual aboga por
el seguimiento espiritual de la línea de descendencia
del profeta a través de su yerno Alí; es así como estas
dos facciones están enfrentadas, y lo único que une a
estas dos es la destrucción de Israel.
VII. La nueva amenaza del Estado Islámico (ISIS)
El Medio Oriente es una zona dinámica y muy compleja
que se encuentra en constante cambio a medida
que nuevos actores se unen a su dinámica geopolítica.
Precisamente, uno de esos nuevos actores es el Estado
Islámico, un grupo terrorista que actualmente controla
de facto varias regiones de Irak y Siria en una suerte
de Estado no reconocido.
Los antecedentes del Estado Islámico se remontan a
la aparición y fortalecimiento del grupo yihadista Al
Qaeda, con un modus operandi de pequeñas células encargadas
de realizar ataques terroristas. Dicha organización
era liderada por Osama Bin Laden, millonario
de origen saudita, y según información de agencias
de seguridad fue financiada por la cia para apoyar la
confrontación con las tropas soviéticas en Afganistán
(Laub, 2016).
Dentro del proceso yihadista y terrorista de la organización
Al Qaeda se presentan una serie de grupos, que
empiezan a crecer bajo la tutela de dicha organización
entre los cuales se destaca un grupo liderado por Abu
Musab al Zarqaui. Este hombre se caracterizaba por
poseer una capacidad de liderazgo y operativa muy
desarrollada en comparación con el resto de los miembros
de la organización. Con la posterior muerte de Al
Zarqaui en un combate, el liderazgo de dicho grupo
es asumido por Abu Abdullah al-Rashid al-Baghdadi,
quien de manera unilateral declara el Estado islámico
y empieza a separar sus acciones de la organización Al
Qaeda. El proceso de expansión del Estado Islámico se
ha caracterizado por un movimiento ágil y progresivo
con el cual han logrado capturar importantes zonas de
Siria e Irak.
El grupo Estado Islámico es una organización terrorista
de origen sunita fundamentalista de corte wahabí, y
tienen la particularidad de haber autoproclamado un
califato, ubicado en un amplio territorio que abarca los
Estados de Siria e Irak.
Entre las características más importantes del citado
grupo se puede referir que es un grupo sunita, lo que
lo diferencia de manera sustancial de los demás grupos
terroristas en varios aspectos:
-
Capacidad de organización destacada a partir del
objetivo central del grupo, el cual no es la yihad o
guerra santa en específico, sino el deseo de realizar
dicha guerra santa con la expansión territorial
y control del mismo. Es decir, cada territorio que
van conquistando va quedando inmerso dentro de
la Sharia o Ley islámica y, de igual forma, quedan
bajo el manto del control tributario y social de la
organización (García, 2014).
-
Uso de los medios tecnológicos que se erige como
una de las grandes novedades en el proceso yihadista
del Estado Islámico, dentro del cual se puede
describir actividades de proselitismo político, reclutamiento
y coordinación logística de actividades
a través del uso masivo de correos electrónicos
y redes sociales.
-
El control territorial en donde un grupo yihadista
incursiona es una novedad, pues hasta hace muy
poco tiempo todos los grupos recurrían a acciones
de tipo terrorista en cualquier territorio, sin
tener un centro de maniobras específico a manera
de operaciones de guerrillas. Sin embargo, Estado
Islámico mueve los cimientos de los conceptos de
Estado, terrorismo y financiación del terrorismo,
debido a que este se encuentra ejerciendo control
territorial sobre zonas de Irak y Siria, zonas que
poseen un gran nivel de infraestructura petrolera
(Escobar, 2014).
De acuerdo con lo expuesto, se puede afirmar que
el papel que juega Estado Islámico en Medio Oriente
es crucial y aún más compleja la relación que se encuentra
entre las líneas de creencia islámica e Israel,
y la posibilidad logística y operativa que tenga Estado
islámico de hacerse del control, ya sea de reactores nucleares
o de armas nucleares.
El aspecto del control territorial es un tema sensible,
teniendo en cuenta que Estado islámico al secuestrar
las entidades de países como Siria o Irak está en la capacidad
de ejercer compras a manera de Estado. Asimismo,
encontramos noticias como la de Russia Today
(RT) el día 23 de mayo de 2015, en la cual se afirmaba
que Estado Islámico estaría en la posibilidad de realizar
compras de armas nucleares a otros Estados más
específicamente a Pakistán (Russia Today, 2015). Por lo
tanto, la posibilidad de un ataque nuclear en contra de
Israel o cualquier país de occidente es una posibilidad
más que latente. Una pésima gestión de control financiero
en Medio Oriente y el testaferrato, por ejemplo,
se muestran como fenómenos de intermediación para
la adquisición de dicho tipo de armas, las cuales con
facilidad pueden ser entregadas por Pakistán o en su
defecto por Irán (este último ha sido centro de las críticas
por su capacidad de crear poder nuclear a partir
de su reciente acuerdo con Estados Unidos, como se ha
mencionado).
La presencia del Estado Islámico en varias zonas de
la región de Medio Oriente y la aparición continua
de grupos que se vuelven leales a este, como por ejemplo
el grupo Boko Haram de Nigeria, el cual ha terminado
con arsenal bélico de origen pakistaní, iraní
y americano, hacen imposible rastrear la pérdida
de armamento y el destino de estos equipos. Se puede
apreciar también, por ejemplo, en la noticia recogida
por Reuters evidencias sobre la preocupación internacional
y de Estados Unidos por la posibilidad de que el
Estado Islámico haya podido robar material radioactivo
de una empresa norteamericana y que dicho material
pueda ser usado para realizar ataques terroristas
de cualquier tipo (Kalin, 2016).
Con una descripción clara del Estado geopolítico y político
de la región y la confluencia de los diferentes actores
ya descritos, se hace menester precisar de manera
amplia las debilidades y riesgos del acuerdo nuclear
Irán-Estados Unidos, el cual indudablemente genera
una inestabilidad de grandes proporciones en Medio
Oriente y, por ende, más aun en Israel. Gran parte de
la comunidad internacional ha mostrado su preocupación
por el riesgo que genera el acuerdo nuclear, ya
que como se muestra a continuación dicho acuerdo no
elimina la posibilidad que Irán pueda crear una bomba
nuclear.
VII. Debilidades del acuerdo y crítica al mismo
Con lo antes mencionado se procede a enumerar algunas
de las debilidades del acuerdo, el cual representan
una clara amenaza a la seguridad de Israel.
-
En primer lugar, se encuentra que el acuerdo a
pesar de la cantidad de restricciones impuestas
a las centrifugadoras y plantas del país, sigue
manteniendo a Irán con la infraestructura nuclear
intacta. La mayoría de las centrifugadoras serán
desconectadas pero no destruidas, incluida la
instalación subterránea de Fordow en la cual se
presume pueden existir operaciones de enriquecimiento
de uranio. Esto deja la posibilidad de que
en el momento en que Irán decida no respetar dicho
acuerdo, la infraestructura nuclear estará lista
para funcionar (State, 2015).
-
Uno de los puntos más importantes está relacionado
con la terminación de las restricciones, las
cuales vencen en algo más de 10 años. En ese momento
Irán no se verá limitado por las restricciones
de uso de todas las plantas nucleares y tendrá
la capacidad de encender de nuevo sus centrifugadoras
sin ningún tipo de afectación en su capacidad
nuclear (State, 2015).
-
Uno de los aspectos más criticados al acuerdo nuclear
es que la administración Obama no va a esperar
10 o 15 años para eliminar las sanciones a
Irán, sino que en el momento en que se firma el
acuerdo Irán recibe una «prima de firma», lo cual
no es más que un proceso gradual de liberación de
activos congelados por un valor 100,000 millones
de dólares (Doran, 2015).
-
Como resultado del punto previamente explicado,
Irán recibe el desbloqueo de activos congelados.
Estos pueden ser usados en la financiación del terrorismo
de Hamas y Hezbollah para realizar acciones
a lo largo del territorio de Medio Oriente y
el permiso de empresas asiáticas y europeas para
realizar negocios en Irán, lo cual genera una ventaja
geopolítica y económica en la zona, y ya está
despertando la curiosidad y preocupación de muchos
de los vecinos de Irán (Doran, 2015).
-
El balance geopolítico ya se ha visto resquebrajado
en la zona, ya que otras potencias han mostrado su
intención de llevar a cabo su propio programa nuclear.
Arabia Saudita, por ejemplo, afirma que ante
la incapacidad de Estados Unidos de detener la
carrera nuclear iraní, ellos deciden embarcarse en
su propio programa nuclear; esto ha llevado a que
varios países de la región estén alineándose hacia
la misma posición, es el caso de Turquía que podría
imitar el ejemplo de los saudíes (Deen, 2015).
-
El acuerdo no detiene el desarrollo nuclear de Irán,
en la medida que la infraestructura nuclear se
mantiene intacta y el acuerdo se limita al apagado
de algunas centrifugadoras y algunas limitaciones
en cuanto a la producción de uranio enriquecido
(Doran, 2015).
-
En el acuerdo no existe una línea clara en cuanto
a las limitaciones de investigación, pues sumado
a las restricciones, las cuales no son superiores a
los 15 años, el acuerdo no limita las posibilidades
de investigación en las instalaciones nucleares.
Por esta razón, las posibilidades de que Irán llegue
a la producción de una bomba atómica son altas
(Doran, 2015).
-
Las sanciones impuestas a Irán por el consejo de
seguridad de las Naciones Unidas por la adquisición
y producción de armamento convencional
desaparecen, por consiguiente, la posibilidad del
aumento de la compra de misiles balísticos y el incremento
de la tecnología de los mismos es inminente
y el desbalance del equilibrio de poder de la
región resulta en una franca amenaza para la zona
más volátil e inestable de la región (State, 2015).
-
El seguimiento del programa nuclear iraní no es
suficiente. Según el acuerdo, refiere que en caso de
que sea preciso una revisión a alguna instalación
nuclear, Irán recibirá un aviso previo de 24 días,
incluyendo previa aprobación de un comité conformado
por científicos de la comisión (State, 2015).
Conclusiones y resultados
Como resultado de lo antes descrito se puede apreciar
que la zona del Medio Oriente es un lugar muy inestable
con una gran cantidad de culturas y pueblos con
cosmovisiones diametralmente opuestas, donde predominan
rivalidades de vieja data entre musulmanes,
cristianos y judíos con valores y costumbres que en la
mayoría de ocasiones chocan por la gran diferencia de
cada cultura. Todo esto se ve atizado por ser la región
del mundo con las reservas más grandes de hidrocarburos,
lo cual indudablemente genera una gran cantidad
de tensiones a nivel geopolítico y diplomático. En
virtud de lo anterior, se hacía menester que el acuerdo
nuclear estuviera más enfocado en el largo plazo y no
a la consecución de un acuerdo de corto plazo y orientado
al resultado, como lo afirma el presidente Obama
al declarar que el acuerdo nuclear logrado con Irán
fue «un buen acuerdo» (Ayuso, 2016). En consecuencia,
es posible revelar, por medio del realismo en las
relaciones internacionales, una relación directa entre
los objetivos de los Estados y la implementación de políticas
y acuerdos; además, que los Estados más allá de
visiones idealistas tienen intereses, los cuales no discriminan
si sus resultados afectan de manera negativa
o positiva a los actores.
Con dicha afirmación se denota el alcance de un proceso
en el cual no se cubren todos los aspectos primordiales
de la importancia de un acuerdo nuclear. Este,
como se ha explicado extensamente, tiene fuertes debilidades
en aspectos de control, verificación y sanción;
aquí el tiempo juega un papel crítico, ya que como se
observó con anterioridad la mayor parte de los compromisos
de Irán en materia nuclear no pasan de los 15
años, tiempo que para una zona como Medio Oriente
es poco y peligroso. El acuerdo nuclear pone en riesgo
la seguridad y existencia misma de Israel, pues no cubre
aspectos básicos de la seguridad regional, lo cual
ya está desencadenando una carrera armamentista en
la región y así generando el caldo de cultivo de un conflicto
de mayor envergadura y, por ende, la amenaza
directa a la existencia del Estado de Israel y el mundo.
Se pone en peligro no solo contribuciones importantes
del mundo Israelí, sino también de la comunidad árabe-
musulmana, las cuales representan una gran parte
del conocimiento y concepción de nuestra civilización.
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